jueves, septiembre 23, 2010

Equinox

Hoy es el equinoccio de primavera. Hoy, 23 de septiembre, y no el 21. Un día fatal en el que apenas tuve tiempo de recordar algo que sistemáticamente me obligo a olvidar y que sin embargo siempre me vuelve a la mente: con cada primavera, este blog cumple cinco años.

Cinco años de reflejar una ínfima porción de mi vida y mis pensamientos, cada vez más íntimos (aunque menos visitados). Tan míos. Tan realidad-ficción como el primer día. Y aunque cada vez me acerco más al lado oscuro para explorarlo y sacarle chispas, siempre está este rincón de bosque donde alguna vez floreció vida entre ruinas. Siempre vuelvo a sentarme en el claro del silencio perfecto para mirarme las uñas coloridas, levantarme un poco la remera y tumbarme de cara al cielo imaginando que vuelvo a ser una niña, físicamente una niña con todo el pelo alborotado y mugriento, las hormonas revolucionadas y la garganta áspera de gritar y cantar. Una nena con olor a agua de pozo y roña de cuello u orejas, de esas que sólo son compañía deseable para los perros, los caballos y otra runfla rural. La nena que hablaba (habla) con los árboles, las abejas y los arcoiris. La nena que quería (quiere) escribir y que nunca se va a dormir sin haber leído un buen puñado de páginas.
Esa que un día se quedó esperando en el claro hasta que la mujer que la había despreciado pensando que era hora de despegarse de ella volvió cansada y ojerosa, más muerta que viva, pero con el mismo fuego en los ojos, los brazos llenos de compañías que eran soledad, y que sólo podía seguir viviendo si volvían a ser una sola.

En honor de esa niña que puedo seguir siendo, de esa soñadora, de ese espíritu indomable, un día creé este blog-patio de juegos y me dediqué a registrar las imprecisiones de un mundo que me alienaba, de esta ciudad que todavía me repulsa. Fue sal en las heridas y pomada para las cicatrices. En las fisuras de lo híbrido, lo más frívolo y gritón, resplandecieron brotes de vida nueva. También quedaron guardados por allí algunos sueños y obsesiones. Una de ellas viene al rescate en este preciso momento, cuando iba a decir "ya está, ya fue".

"Ya fue" nada, nena.
La vida siempre está empezando.




5 comentarios:

Fodor Lobson dijo...

¡uh! con el viaje se me pasaron "nuestros cumpleaños"

felicitancias

Doamna care plânge dijo...

Feliz aniversario :) !!
Felicitaciones por ´poder crear el blog :)

ana dijo...

Querida Cass, tantas pero tantas felicitaciones, siempre lovely blog.
Abrazo!

Estar latiendo dijo...

Cass:
Hoy estreno comentario en este blog –creo, porque después de cinco años puede haber pasado que dejara mis huellas y no lo recordara...–.
Hermoso post, hermosa historia, alma y descripción.
Ya lo sabemos, pero vale repetir que no hay que dejar que el niño se vaya. Jamás.
Abrazo entrañable hasta los huesos:



Ju

Cassandra Cross dijo...

Gracias a todos por los saludos...
Sepan que ya son parte de esta historia chiquita, de este camino.
Muchísimas gracias!