miércoles, febrero 27, 2008

De a poquito...

... Muy de a poquito, voy sacando los ladrillos que puse en esa pared que me aislaba del mundo.

Tengo que hacer verdaderos esfuerzos para no revoleárselos a todos los que provocan que el muro se caiga.

De a poco voy encontrando la fuerza que creía enterrada y concentrándola en los puños, en la punta de los dedos y la lengua.

¿Alguna vez vieron a un carnero embestir? Yo sí.

Agárrense. Todo llega.