Tengo que hacer verdaderos esfuerzos para no revoleárselos a todos los que provocan que el muro se caiga.
De a poco voy encontrando la fuerza que creía enterrada y concentrándola en los puños, en la punta de los dedos y la lengua.
¿Alguna vez vieron a un carnero embestir? Yo sí.
Agárrense. Todo llega.
De a poco voy encontrando la fuerza que creía enterrada y concentrándola en los puños, en la punta de los dedos y la lengua.
¿Alguna vez vieron a un carnero embestir? Yo sí.
Agárrense. Todo llega.