lunes, mayo 12, 2008

Último día

Como dejé asentado en otro blog, siempre que la Feria del Libro justifique con algún hallazgo su existencia, me contará entre sus presentes.

No fui tantos días como habría querido, pero los pocos paseos rindieron su fruto.

Encontré el libro que estaba buscando, un regalo largamente acariciado, en el último stand abierto cuando ya se estaban cerrando todas las cajas. Un vendedor con ojos enrojecidos y actitud lacónica se rió de mi suspiro al entregarme la bolsa. "¿Suspirás por el libro?". Y sí. También, por haberte sacado una sonrisa y un puñado de palabras amables a pesar de tu cansancio acumulado. No lo digo, pero lo pienso.

Aplauso, medalla y beso para el stand de El Aleph, confinado al último rincón del último de los pabellones. Allí dejé bastante dinero, ya no con angustia, sino con la alegría de quien encuentra entre tanto desvirtúe un lugar que conserva el auténtico espíritu que solía tener la feria para los que empezamos a ir con ojos de niño y hoy sabemos reconocer un poco más que en aquel entonces.
Me traje varios combos de libros de las mesas de este puesto, que tenía ediciones en rústica y tapa dura muy baratas. Doy fe de la calidad y de la variedad de oferta: clásicos de todos los tiempos, filosofía, vanguardias artísticas, novelas de aquí, de allá y de todos lados. Único stand donde los precios superaban (por ventajosos) a los de calle Corrientes y a muchas librerías de viejo. Volver a leer a "Huckleberry Finn" por la módica suma de $5 es un golazo nostálgico. Encontrarme con "Saga", de Tonino Benaquista, uno de los libros más recomendados por mi recomendador preferido, a $3 y monedas... y además, con varios ejemplares de la colección Lengua de Trapo / Otras lenguas, no tiene precio.

No hay mucho que decir. Esquivé en la medida de lo posible los días más transitados, pero no pude dejar de asistir a un evento sabatino donde él y ella contestaron algunas preguntas (que después terminó en un after variado e íntimo, ¡grandioso!)... Tantas veces me dolió la cabeza que tuve que salir de los pabellones a tomar aire.

Y eso es todo. Hasta el año que viene, Palermo.


6 comentarios:

Fender dijo...

Bueno, hacía falta alguien más centrada con esto de la Feria, después de tanto exabrupto. No, no me hago cargo.

Anónimo dijo...

Yo jamás encuentro libros baratos, ni en la feria ni en ningún lado, pero en mi librería de cabecera ya soy amiga de uno de los empleados. A veces voy solamente para hablar con él, jaja.

Tan importantes como los libros en sí, son las cosas que disparan: recuerdos, conversaciones, sueños...

Mm... ah, y yo prefiero Tom Sawyer a Huckleberry Finn. Es una historia más lineal, más ingenua, más yo :P

Saludos!

Desireé

Cassandra Cross dijo...

Fen: Usted tiene todo el crédito para exhabruptear tranquilo :-)

Desirée: Tengo Ton Sawyer, pero cosa 'e Mandinga, prefiero a Huck. Yo no me canso de encontrar libros baratos, peor la verdad es que tampoco me privo de "perder" todo el tiempo que sea necesario en mis búsquedas.

Gracias por pasar!

Humanoide dijo...

Lengua de trapo fue lo mejor de lo mejor.

También compré un libro con las pelis de brus wilis...

En fin, saludos.

unServidor dijo...

Feinmann se pierde leer posts así.
Pooobre.

¡Yo no!
:D

Cassandra Cross dijo...

Humanoide: Bien ahí! Gracias por pasar.

Unser: Fein...quién? ;-)
Jejeje... igual, a mí con escribir bien lo que quiero decir, me alcanza


Saludos a todos y gracias por pasar