domingo, marzo 15, 2009

Dias extraños / 2

En estos días que pasaron entre lluvia y lluvia, pasaron algunas cosas.

Primero que todo: nació Paulina. No la esperábamos hasta mayo, pero llegó. Y mi regalo para ella, hasta que pueda hacerle otro más adecuado, es esta nana con la que me duermo con la esperanza de despertar siempre en un mundo mejor:



Sekai no Yakusoku (The Promise of the World)
La sonrisa que se esconde tras las lágrimas
Es la promesa del mundo desde el principio de los tiempos.

Aún si estás solo, desde el ayer en que eran dos
Hoy es un brillante comienzo
Como el día en que se vieron por primera vez.

No eres simples recuerdos,
viniendo como la brisa a acariciar mi mejilla.

Aún después de partir con la tarde, el sol se filtra entre las hojas
La promesa del mundo nunca muere.

Ahora estás sola, pero el mundo no tiene límites.
Me enseñaste que la gracia se esconde aún en la noche.

No eres simples recuerdos:
Vives en la melodía de los arroyos,
en el color del cielo, en el aroma de las flores.

Aún después de partir con la tarde, el sol se filtra entre las hojas,
y la promesa del mundo nunca muere.

(Traducción de Ojousan y Alec74, porque yo no tengo idea de japonés)

Segundo y menos importante, tuve unos días de furia bastante curiosos que me llevaron a ensañarme (como suele pasar) con la gente que más quiero.

El punto culminante fue el jueves. Me fui de casa sintiéndome aplastada y volví totalmente desconectada del mundo exterior. Directo a la bañera, a llenarla hasta la mitad con agua tibia y espuma con olor a hierbas. El agua salía un poco oscura y por un momento pensé en todas las personas que no tienen siquiera agua corriente.
Me quedé allí un rato largo, devolviéndome a la vida, raspándome con la esponja y con las uñas hasta que me quedó la piel colorada. Necesitaba quitarme de encima ese relente a día perdido, a memoria hecha agujeros. Sentía que los recuerdos se iban escurriendo entre mis dedos y cuando quité el tapón de la bañera, todo se había ido.
Y hoy, aunque no recuerdo cómo era la sensación de aplastamiento ni el motivo que me llevaba a estar furiosa con el mundo, ni el cansancio, ni la tristeza... tengo muy presente que hay mucho para arreglar, después de esa tormenta que sólo pudo aplacar la vuelta a casa.

Sé que me voy a cansar de tanta catarsis en algún momento, pero la necesidad de escribir esto fue más fuerte.

Entre tanto, buena vida para todos y bienvenido sea el otoño, aunque tarde un poco... Este anticipo de domingo fresquito me puso al cien por cien otra vez.

5 comentarios:

Estrella dijo...

También estoy disfrutando de este primer domingo con olor a otoño, aunque, no nos engañemos, cass, ya volverá el calor.

Muy buena esta catarsis de hoy,
Saludos!

Vill Gates dijo...

Mirá, la semana pasada fue digna de estudio psiquiátrico.
Los cambios de ánimo que producen las variaciones repentinas de clima y sobretodo, los de presión atmosférica, son de libro.
Tal vez algunas de esas cosas inexplicables que te pasaron tengan que ver con eso (que incluye sueño, cansancio, ganas de no hacer nada y otra serie de lindezas por el estilo).
Hay que saberlo y tomarle el tiempo al tiempo (tiempo weather no tiempo time, creo que se entendió no?)

Mar dijo...

Que bonita cancion. Me quedo por aca escuchando.

Ay esos días, en los que uno quiere ser invisible y desaparecer. Te mando un besote enorme.

Anónimo dijo...

Mi mamá siempre bendice la lluvia porque dice que limpia el aire.
Hermosa comparación Cass, me anda pasando algo parecido, estoy podando mucho.

Besos mil y cuánta felicidad por Paulina!!

Vontrier dijo...

Gracias, mi amiga!
Te queremos mucho.
Besos y abrazos
Paulina y yo.