miércoles, abril 07, 2010

Homecoming


Cae la lluvia mansa. Estamos a mil y pico de kilómetros de ese lugar que llamamos hogar. Todavía no pasó una semana desde esta foto y siento que parte de mí se quedó allá (como en Merlo el año pasado, como en los paisajes y momentos por venir). Cae el agua de la ducha sobre el cuerpo que me pide pará, que me pide un respiro por favor, que me manda señales punzantes (un ojo que duele, la garganta que pica, los pies cansados). El pajarraco en mi cabeza martilla frases urgentes: la dieta, nena, la dieta de una vez, no podés seguir así. Correr, saltar, nadar, bailar. Urgente, todo es para ayer o para ya. Y yo sigo cadente. En cámara lenta, una máquina de emociones amontonadas y de recuerdos frescos que pasaron hace un rato, ayer.
Ahora, otro abril. Vuelve mi aliado, el frío. Quiero caminar a la Rural con el viento pinchándome la cara, ida y vuelta. Quiero pasteles de carne agridulces y el locro del 25 de mayo con mis hermanos. Estoy en casa, porque estoy conmigo misma. Estoy con él, sola-acompañada.
La dieta, nena. El médico. El gimnasio. Los pendientes, los pendientes de hace mil años para cuándo. Sonrío. Estoy borracha, loca de alegría. Miro fotos ajenas y me alegro de las caras de felicidad que, a diferencia de la mía, no cambiaron casi nada. Miro bebés que ya crecieron, lazos cortados. Miro el mar y la ruta y las montañas. Miro el campo. Toco la piel de los que ya no están, piso la casa de mis abuelos, cerrada para mí desde hace quince años o más.
Abrazo la guitarra y rasgo las cuerdas. ¡Esta explosión de notas en el pecho!... Me mata. Abro la boca para cantar; yo tenía una voz linda. Ahora es una voz hermosa. ¿Cuándo nació esta voz? ¿En qué momento volvieron la música, las palabras? ¿En serio sueno así?
No. No quiero tenerlo todo junto. Cuerpo, me vas a tener que aguantar un poco más. Apenitas, hasta que de tanto repartirme quede, por fin, entera.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cadenas que piden a gritos que alguien las rompa. Romperlas y salir corriendo por ese asfalto bendecido por la llovizna, ésa que al mojar la tierra te llena las narinas de olor a vida.

Y escribir es una forma de romper esas malditas cadenas. Que vivan las musas.

¡Besotes!

Ana dijo...

Beautiful, Cass.

La Ruiva dijo...

Que lindo post. Leerlo es estar viéndote muy de cerca, Cass.

ojos de suri dijo...

Qué bonito que escribís.
Como que tener cosas pendientes suena
herrrrrmoso je je.
Es que no somos robotitos.
Desde hace montonazo de años que tengo que sacar turno con el dentista porque tengo que hacerme el mordillo para dormir porque aprieto los dientes de noche, y finalmente esta semana me saqué turno.
Viste que uno posterga lo de uno? pero nunca lo de los demás?
ta mal.
besotes!

Cassandra Cross dijo...

Lucy: Hace tres o cuatro años empecé a sacarme todas esas cadenas. Cada conquista cotidiana es un verdadero triunfo y así lo grito. Que vivan!!

Ana: (blush)

Rub: Gracias, es un poquito la idea. Cada vez menos bicho bolita, para mal o bien.

Ojos de Suri: Qué contentura tenerte otra vez por aquí! Y sí, tenés toda la razón. Pero todo, absolutamente todo llega.

Gracias, chicas, por comentar.

Maria Laura dijo...

Que hermosa manera de comunicar. Gracias, Cass, por permitirnos entrar en tu mundo.
Besote, TKM.
*M Lo*