domingo, julio 24, 2011

Patrick Wolf: las estaciones del corazón

Patrick Wolf (Londres, 1983) es uno de los artistas preferidos que Esquizofónico me regaló. Creativo, furioso, multitasking, en su momento Thiago lo definió como un tipo que grita sus problemitas con violines.
Así lo entendí cuando escuché su extraordinario Lycantrophy, me quedó más claro con The Wind in the Wires, pero la verdad es que arranqué por la mitad: The Magic Position es, indudablemente, uno de los discos de mi vida. O al menos, del último tercio de mi vida.
No voy a profundizar, por lo menos por ahora, en los dos primeros y excelentes trabajos de PW. Hay una crudeza en ellos que nos excede en el análisis y pega directo en lo afectivo. Lo vas a odiar o lo vas a amar, pero no te va a dejar indiferente. Las letras apuntan a una identificación con quien escucha. Pero no es hasta la que yo llamo "la trilogía de los ciclos del corazón" que esa impresión busca directamente al "gran público", a un rango más amplio de oyentes. Los puede escuchar un adolescente, un joven adulto o una persona madura que ya pasó por varias relaciones: todos, sin excepción, encontrarán algún lugar que hayan transitado.
Para mí, la cosa viene más o menos de esta manera:

The Magic Position (2007): el amor

"Deja que la gente hable / en esta caminata de domingo por la mañana"



Es en este trabajo que Patrick se permite, hablando mal y pronto, ser feliz. Un tipo introspectivo, iracundo, una especie de lado B de Emilie Autumn con la ambigüedad de Boy George pero sin la melosidad, de repente... ¡es feliz! Está enamorado y, en su estilo, es un ñoño más. El que estuvo, está o vive enamorado sabe bien a qué se refiere Patrick cuando dice me pones en la posición mágica para vivir, para aprender, para amar en clave mayor*.
Los temas más melancólicos, como "Magpie" (mi preferido, en el que participa la inigualable Marianne Faithful) o "Bluebells", no hacen más que poner la nota de sal a la mezcla dulce y armoniosa de este disco. Resaltan su carácter feliz y juguetón, que cierran en un "Finale" perfecto para escuchar mientras cae la tarde en la ciudad.
No por nada este fue el disco que más escuché en 2007, cuando mi realidad cambió drásticamente y transitaba el inicio de una de las etapas más felices de mi vida. Cagados de angustia y de incertidumbres los dos, pero enamorados.

The Bachelor (2009): el fin del amor, el duelo y la furia.

"No me voy a casar en otoño / No me voy a casar en primavera / No me pienso casar, no me casaré en absoluto / Nadie usará mi anillo de plata"



Cuando salió este disco daba para preguntarse ¿¿qué pasóoooo?? desde el arte de tapa mismo. Totalmente rupturista no sólo con el anterior, sino con los demás. Un Wolf áspero de ángulos agudos, virado a los sonidos metálico-tecnos, crudo como en The Wind... pero además cargando una salva de resentimientos y escupiendo clavos desde los títulos de los temas: "Count of Casualty", "Vultures", "Blackdown" y letras como expresión de catarsis casi adolescente (Padre, ¿dónde está mi arma? No necesito a nadie, a nadie).
Pero, como ya hablamos del ying-yang y la sal en lo dulce, también hay letras donde se plantean propósitos de resolución, con ánimo batallador. Una forma totalmente sana de poner la ira a actuar para la sanación, como sucede en el texto que Tilda Swinton recita en "Oblivion" y que funciona como la voz de la conciencia del amante herido.

Lupercalia (2011): el regreso al amor y la esperanza en el futuro.

"Oh, esta es la mayor paz que haya conocido"



Llegamos a 2011 y en las redes sociales estalla "The City". Lo sentimos: Patrick volvió a enamorarse. Y de alguna manera Lupercalia viene a cerrar el ciclo de su corazón, así como su primera década musical. Patrick sigue siendo, todavía, ese adolescente flacucho y desarrapado que aporrea teclados en un escenario o sacude los brazos como si le pesaran. Pero ahora hay una madurez emocional que le hace abandonar, una vez más, todas las precauciones.
Cae la guardia, caen las reservas y se curan rápidamente las heridas del duelo. No voy a dejar que la ciudad destruya nuestro amor, dice Patrick, y también revaloriza aquél duelo cuando dice estar más feliz sin vos (en "Time of my life"). Vuelven también los momentos ñoños de Magic Position en dos de mis tracks preferidos, que por esas cosas bellas de la vida están pegaditos: "The Days" (reminiscencias Woolfianas, quizá?) y "Slow Motion", uno de esos temas que serían perfectos para chapar si no fuera por los aulliditos étnicos y el casiotone, que le dan forma experimental y juegan con el anticlímax.


Hasta aquí mi análisis personal, basándome en la escucha de los tres discos. Lo sorprendente es que la realidad me desmiente por completo: The Magic Position y Lupercalia son dos discos transicionales, es decir, escritos en medio de rupturas amorosas, mientras The Bachelor es el único que produjo mientras estaba en una relación. De hecho, la idea original de Patrick fue que The Bachelor y Lupercalia fueran un doble álbum, un proyecto al que tituló Battles y que fue cambiando de forma sobre la marcha. En fin, una muestra más de que muchas veces la música nos lleva a lugares donde los artistas ni siquiera imaginaron cuando concibieron sus obras.

En la barra lateral, en mi clásico widget, este mes se queda la trilogía wolfeana para quienes gusten oír y sacar sus propias conclusiones. En caso de querer acceder a las listas que se mencionan en posts anteriores, las encontrarán en mi usuario de Grooveshark: están ordenadas muy claramente. Y habrá más.

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*En música, la clave mayor es la que se usa para las melodías brillantes, consideradas más alegres; la clave menor se considera dramática, melancólica e introspectiva.

2 comentarios:

tiacosas dijo...

Aaaayyy!!! También lo había sacado de Esquizofónico, y cuando me explotó el HD externo hace unas semanas, me había olvidado de su nombre (sí, tendría que hacer un cursito ILVEM). En su momento, escuchar The Magic Position me voló la peluca y se mantiene como mi disquito preferido de Wolf.

Justo este finde tenía ganas de escucharlo y no podía acordarme!!

Gracias, ahora puedo volver a PW!!! :) :) :)

Un abrazo,

-tia

PD: cómo extraño a esquizo, se me pianta un lagrimón.

Cassandra Cross dijo...

Tía!! Qué alegría que aún transites estos espacios! Nosotros también extrañamos mucho Ezquizo... representa una parte de nuestras vidas con algo más de tiempo para el ocio, y cada vez que alguno del viejo equipo encuentra algo (esto lo hemos admitido todos, alguna vez... jeje) todavía está ese impulso de pensar "ahora lo subo...", para acordarnos al toque de que ya no está!
Igual no nos rendimos, nos seguimos pasando música o recomendando videos, esperando el momento en que podamos encontrar la forma de revivir ese espacio que tantas satisfacciones nos ha dado a muchos.
Abrazoso!