viernes, febrero 03, 2012

Propias y ajenas que me ayudaron a sobrevivir los últimos años.


Si caminas por un sendero sin levantar polvo, entonces no estás caminando por un sendero. Cuando haces un cambio verdadero en tu vida, las cosas se mueven, los amigos cambian y la gente no siempre está contenta con tu crecimiento. Los senderos auténticos nunca son tranquilos. Hoy reconoce que, mientras avanzas en tu vida, no todo el mundo va a apoyarte. No tengas problema con eso. Y dale hacia adelante.

Hasta el más hijoputa tiene quien lo ame, o ama tanto a alguien que sería incluso capaz de dar su vida. Eso renueva mi fe en la humanidad. Pero no lo hace menos hijoputa. 
(Queridos conspiranoicos mitómanos compulsivos, muertos para mí desde el día en que revelaron su miseria: todo llega. Descanso en la certeza de que incluso quienes más los defienden descubrirán por fin lo dañinos que son, y así tendrán la patada en el orto que necesitan para empezar a movilizar un cambio auténtico en sus vidas).

El amor no se puede forzar. Se siente o no se siente. Nadie está obligado a dar amor, nadie merece amor por decreto. No es cuestión de méritos.

Lo que no te mata, te fortalece. Lo que te daña también puede curarte.

El verdadero valor no nace de la negación del miedo, sino de enfrentarse a él y vencerlo de un día a la vez.

Aunque parezca paradójico, asumir que tenés un lado oscuro, miserias y defectos no te hace peor persona; sólo pone en perspectiva qué tan lejos estás de ser la mejor persona posible. Si no sos consciente de esto, ¿cómo pretendés llegar a estar alguna vez a la altura de ese ideal? Poder verse tal como uno es, por vergonzoso o doloroso que sea, es una bendición. Es autocrítica; es la puerta abierta al cambio. 

La confianza de los demás es un bien invaluable. Ser una persona recta, honesta y de confianza, tarde o temprano tiene su recompensa.

Siempre se puede dar un poco más, un paso más. En el movimiento y el servicio están las claves de un espíritu libre.

Y en el final, el amor que recibes es igual al amor que das.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucha sabiduría en este post con la mejor musicalización posible. ¡Gracias!

Cassandra Cross dijo...

Gracias por inspirarme hace años, Lucy, hermana en las palabras.