sábado, diciembre 28, 2013

2013

El Extraño Mundo es el lugar donde me pasan las cosas más ciertas, el lugar donde las señales se cristalizan y tienen sentido. El Afuera, todo lo que me hace, de alguna forma, "ser social", es impermeable a esas señales. Aprendí a funcionar en los dos lugares casi al mismo tiempo, como ensamblada de apuro; a veces vibro en las dos frecuencias y la divergencia me abruma. 
Promediando el año empiezo a vivir un poco más en el Aquí/Ahora (el Extraño Mundo, claro) y sobre el final me meto allí para quedarme, tiendo a ignorar y a olvidarme del afuera. Me vencen el calor y las pocas ganas, el desánimo, el humor bajón. Me dejo arrastrar por ellos. Acá, ahora, alucino insectos todo el tiempo los haya o no. Acá, un fantasma se me para al lado mientras hago la colada y me susurra cosas viejas y me hace llorar. Acá me corto y me lastimo todo el tiempo sin darme cuenta, amanezco llena de puntazos y no recuerdo de qué eran. Acá me siento transparente y unicélula, ameboide, impensante. Me emborracho. Me permito ser egoísta y olvidar a mis amigos. Acá hago planes de un futuro sin nadie, fantaseo que soy prescindente y que me puedo separar de todos esos otros que me moldearon. Acá escribo mentalmente lo que afuera se convierte en otra capa protectora. Acá me vuelvo un poco loca a cada minuto, lejos de cualquier neurosis protectora, y me enojo con todo lo que no me alteró en el año y puteo y golpeo el suelo con mis puños. Acá me crujen los dientes en sueños, tampoco volví a tener una sola noche en paz desde que empezó el calor. Acá mis perversiones se vuelven aberrantes.
Acá soy el retrato desfigurado con fondo de tormentas mientras afuera ven a Agus, la bambola triunfante y equilibrada.
Acá todavía se libran batallas con las mejores intenciones y las peores expectativas.

2 comentarios:

Sabina dijo...

Yo me jacto de haber conocido primero a Cass que Agus.

Cassandra Cross dijo...

acá dice el compañero que son dos :)