domingo, junio 15, 2014

Monstruo propio.

Las verdaderas palabras, el tono, la construcción, el peso, la densidad, las emociones detrás de, la motivación, la abyección, la crudeza. Todo lo que construyó el esqueleto de este mundo fue tejiendo en años de manuscritas y documentos de word sueltos un cuerpo monstruoso que de a poco se va dando vuelta sobre sí mismo, adentro es afuera, con vísceras y todo. No puedo releer algunas cosas en papel sin contener la respiración. Con razón no muestro lo que no muestro, con razón el extraño mundo es lo que es: extraño. Cómo pretender que la gente me conozca si se están perdiendo ese monstruo que me agita desde hace tiempo, las primeras muertes sembrando semilla en lo plano, húmedo y oscuro para germinar ni antes ni después. Todo tiene un tiempo bajo el sol.
Se sabe que el coraje no es más que enfrentar los miedos a los gritos, a las risas, estallando en pánico pero siempre de frente. Si alguna vez fui valiente fue para saber salir sin escaparme y es en el refinamiento de ese arte que la vida va pasando, implacable. No resta más que el tiempo de tu vida y lo que quieras hacer de ella. ¿Qué te queda por enfrentar con valor? El monstruo golpea con un tentáculo justo en la panza. Ondulás desde el centro hasta los pies, las manos, la cabeza. ¿A qué le tenés miedo de verdad?
A mí misma, me contesto. He aquí la razón del extraño mundo que no puede terminar de conocerse nunca: no regalo la llave, la puerta está abierta. Regalo pistas. Entrar y perderse es opcional. Yo todavía no consigo salir, excepto en una pequeña parte. Afuera todo mundo es extraño. Hay quienes creen conocerme, pero qué pueden saber si no intuyeron todavía lo que se agita en mí. Dichosa si conservo alguien capaz de mirar más allá al final del camino. Con tenerme entera me conformo. Y la vida inevitablemente se lleva a alguien, trae a alguien. Todos nos tenemos en un otro o varios. 
Todos criamos un monstruo propio en un universo que es tan chico y tan grande como nos podemos permitir. Cajita universo, jardín universo, Ego universo, extraño mundo. Lo habites de día o de noche, a tiempo parcial o total, sería bueno que empieces a darle un caos a tu orden, no importa cuándo: poné tu fecha límite y arrimate bien al centro del laberinto, vení a conocerte de una vez.
Todavía no consigo salir. A gusto me quedo. 
El monstruo nunca duerme.


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