martes, abril 25, 2006

Arde

Como el centro del centro de la Tierra misma
Como el sol, como el núcleo del volcán o el rayo
Como el papel a 451 grados farenheit
Como la caricia del deseo y el deseo mismo
Como el llanto del dolor que divide almas
Como el hambre, la obsesión, la impotencia, el deseo
Como la sensación del hielo y la locura
Como la fiebre, como las heridas
como la picadura de la raya o la aguaviva

Como el don de Midas, que en lugar de oro
convierte en cenizas todo lo que toca.