lunes, mayo 10, 2010

Aguante



Podría decirles que estoy en un buen momento, pero sabemos que la vida es buenos momentos hilvanados. Los malos son el hilo que sustenta la trama. Lo que nos queda es la belleza, la felicidad, la pureza, el alivio. La borra tira y se remueve en el fondo, no se los voy a negar. Si somos sabios (o aspiramos a serlo) es imposible ignorar la trama o soslayarla, hacerla a un lado o ningunearla. Creo que deberíamos concentrarnos en la pura felicidad, el destilado esencial de la vida, que es lo que nos saca a flote cuando pesan los pies y el alma.
Podría decirles que estoy escribiendo, que tengo entre las manos un tesoro y en el alma una ansiedad de esas que me explota cuando el corazón llegó al rojo total.
Podría contarles que tengo una puta salud de hierro pese a los achaques, que no me agito al caminar o al correr, que siento la luz en cada poro del cuerpo y que no me interesan las comparaciones pasado-presente-futuro, ni siquiera me comparo a mí misma con otras bestias que andan por allí germinando todavía, y que tanto me inspiran. Me limito a disfrutarme. Me asombro de mí misma, gozo de lo que tengo.
Podría decirles que no paro de leer ni de tocar la guitarra. Que cada hora de mi vida es música o letras y que mientras más revuelvo más sale. Memorias del pasado, palabras que había relegado a fuerza de no usarlas, arpegios y acordes.

Si pudiera decirles todo esto, llegaría tarde con las noticias.
Es que la felicidad no vende. Inspira este post sonso, promesa de alguno que, algún día, volverá a valer la pena. Todo lo demás espero cuaje en frutos que valgan la pena.
Sepan que si pudiese tenerlos a todos acá ahora la megarave de Zion sería un poroto (además de una pedorrísima escena en una película zafable).

Y eso nomás.
Aguante.

Citas de la semana:

La felicidad está en el queso
Calíope - Estatua de Sal


Si una persona tiene los deberes de cualquier ciudadano, por ejemplo pagar impuestos o respetar la ley, pero no tiene los derechos, por ejemplo, casarse con quien quiera, pues esa persona se convierte en un ciudadano de segunda. Y en un estado de derecho, no debería haber ciudadanos de segunda.

Fodor Lobson - The Happiest Corpse

4 comentarios:

Fodor Lobson dijo...

1. Che, qué bueno que la llene la felicitud. ;)

2. Pero la cita de Calíope es infinitamente mejor que la mía. Porque no hay duda que la felicidad está en el queso mmmmmmmmmmmmmmm queeesoooooo. Y si no que le pregunte a Wallace...

3. ¿volvió el antispamela?

Cassandra Cross dijo...

1- vio qué bueno? como me vio allá en Mendoza y mejor aún!
2- Calíope es una filósofa epicúrea, como yo.
3- Gracias por recordarme que debí sacar esa mierda hace ratazo, poh.

^_^

Estrella dijo...

Se te nota lo feliz. Qué bueno eso!

Pablo (yo) dijo...

Qué bueno encontrarse con gente feliz, y que no tenga vergüenza de contarlo!!!