martes, noviembre 02, 2010

Otros ámbitos

En la casa nueva hay otros olores, nuevos sonidos, pequeños desperfectos. La lucha con los cueritos canilleros nos persiguió hasta aquí. Hay un cuarto con frisos infantiles y una sección del piso que a veces chilla. Hay puertas vaivén, puertas corredizas y celosías por todos lados. Circula tanto aire que a veces pienso que hace fresco afuera, cuando en realidad hay 25º o así.
La casa nueva me hace pensar en un mundo de posibilidades y en la mejor manera de llenar las paredes tan grandes. Tiene, eso sí, muebles no aptos para liliputienses y hay que treparse a la silla para poder alcanzar un tupper o unas copas.
Me quedo embobada mirando el techo, pensando en la altura que deberá tener la escalera que me haga llegar hasta ahí si se llega a quemar el foco del living o el de la habitación. Restrego mis pies en el piso suave y cálido, olfateo las maderas. Estoy reconociendo este ámbito nuevo, amigándome aunque me cueste baches de sueño y madrugones intempestivos justo el día que me pedí para no tener que correr. Tengo sueños maravillosos desde que llegamos y me despierto descansada... no puede ser otra cosa que una buena señal.
Faltan, sí, algunas cosas. Uno que otro mueble, desembalar los libros y por sobre todo, acostumbrarme a caminar hasta él para hablarle. Fueron tres años y medio de levantar la mirada para encontrarlo ahí nomás, de hablar sin levantar la voz porque la cocina quedaba a tres pasos del living y la computadora daba la espalda a una habitación mínima.
Cuatro años habitando una caja de zapatos de divisiones invisibles donde aprendí que la convivencia no era ese cuco atroz que me puso a prueba tantas veces (sometimiento, ahogo, renuncia al espacio propio), sino la única situación posible entre dos personas que se aman y no pueden estar separadas porque ya lo estuvieron mucho tiempo, demasiados años. Trasladar la situación a otro ámbito se me antoja una aventura más, tan llena de misterio e impredecible como todo lo que nos involucra. Y me abro a ese misterio con toda la fe y el optimismo que me dan los años de (muchas) buenas y (pocas) malas sorpresas.
En las cajas viajaron mucho más que libros, elementos de cocina, herramientas y un par de PCs.
Viajaron todas las posibilidades y esperanzas de este pequeño mundo nuevo, mis sueños de siempre actualizados, la irrefrenable convicción de que no importa cómo, pero todo va a estar bien porque no puede ser de otra forma cuando se lo desea de la manera correcta.

Quiero estar entera para cuando lleguen el momento de la cosecha y de la nueva siembra.


5 comentarios:

Zippo dijo...

Qué hermosa descripción de tu micromundo nuevo, Cass.Descubrir la historia detrás de cada cosa que habita en la casa, especular sobre sus moradores anteriores, es una aventura fascinante y me alegro que tomes esta nueva etapa de esta forma y sin las angustias del ser moderno, que no resiste el menor movimiento de suelo a sus pies.Te y los felicito.
(Por favor; no dejes que el hombre de la casa te orine las esquinas en señal de delimitación de territorio;decile que eso ya no se usa). Cariños.

Fodor Lobson dijo...

Congrats Cass

bueno, en mi próximo viaje a BsAs quiero conocer el nuevo "Cassender Towers"

=)

Estar latiendo dijo...

Hermosa alma, hermosa historia.
Me alegra todo en lo absoluto (¡además esta casa por ahi sí pueda conocerla!), porque creo que te merecés todo lo lindo que te está pasando Cass.
Abrazos y besos, y extendeselos a él, cuando pases al otro cuarto, pasando por celosías y puertas corredizas para mirarlo a los ojos:

Ju

Ana dijo...

Ay Cass, que me has hecho emocionar, qué hermoso post. No puedo esperar a conocer vuestro nuevo hogar. Muchas, muchísimas felicidades!

ojos de suri dijo...

Felicidades por el nuevo hogar! Disfrútenlo como se nota que saben.
Besos.