jueves, febrero 15, 2007

Principios

Soy una persona de principios, tal vez un poco a la Groucho, pero que los tengo, los tengo.

Desde hace un tiempo vengo limitando mi sociabilidad a un círculo cada vez más pequeño de gente. No es que sea una ermitaña que odia a todo el mundo, aunque hay días que con gusto volaría a la raza humana del planeta, sólo para estar tranquila y sola un rato.

Para muestra, vayan algunos de estos principios que deben (o deberían...) respetar aquellos que pretendan tocar mi existencia de alguna manera, o meterse en mi territorio:

- El único principio moral inamovible es la fidelidad a uno mismo. El resto de los códigos dependen de cada uno.
- Mentes cerradas y / o portadoras de conceptos reduccionistas o maniqueos inclaudicables, siquiera por la paz de una conversación racional, olvídenlo: puedo estar mirándolas muy sonriente y estar a millones de millas de distancia de ahí.
- No sirve de nada posar ("ser poser", dicen ahora algunos conocidos... creo que el término es por demás elocuente). Si no tenés personalidad, asumite como sos. Los "personajes" son bienvenidos siempre y cuando obedezcan al principio nº 1 (personaje igual a persona, o al menos personaje igual a alguna dimensión de esa persona, exacerbada o no).
- Mínimo de cultura general. Sólo hablo de frivoludeces cuando estoy de humor. No gasto las palabras. Las respeto demasiado.
- No necesito ganar una discusión. El que guste de discutir por el placer de imponerse, se va a aburrir mucho conmigo.
- Me visto siguiendo la corriente "loquesemecantista". De hecho, soy una cultora de la crotez. A veces me detesto por eso pero no lo puedo evitar: tengo alma de poligriya. Por lo tanto, y con absoluta naturalidad, adoro a la gente con estilo propio. Esas personas que "son" lo que visten, más allá de cualquier moda, merecen todo mi respeto.
- Sigo impulsos. Esto cuenta para todo. Puedo ser encantadora, sociable y disciplinada en un momento y absolutamente intratable, huraña y perezosa al siguiente. (Sobrevivir a este principio regente no es fácil para nadie, pero he tratado de pulirlo un poco).
- Me gustan con locura los animales. Tengo devoción por ellos. Me gustan incluso más que la gente... supongo que por eso no tengo ninguno.
- Valoro absolutamente la sinceridad y hablar de frente, aunque muchas veces no pueda evitar criticar a los ausentes (me banco que lo hagan conmigo... todo vuelve).
- El prejuicio es algo que voy desterrando con bastante éxito. Ya habrá tiempo para emitir opinión... después.
- Mi idea de una salida es: cuanto más tranquila y menos planificada, mejor.
- La comida es uno de los más grandes placeres de la vida. No puedo entender a la gente que no come voluntariamente o que lo vive con culpa, o como un trámite. De hecho, mi excesivo gusto por la comida hace que me ubique en el extremo opuesto del espectro de los desórdenes alimenticios. A menos que comas como un cerdo, bienvenido seas...
- El sexo, hecho con ganas, no importa con quién, dónde, cuándo ni cómo. Si gusta, si es libre, desprejuiciado y sin tabúes propios, está bien hecho.
- La reunión ideal: esa en la que somos pocos, y nos atendemos unos a otros (a.k.a. "autoservicio")
- Cambio de opiniones a medida que aprendo. Pocos principios son inamovibles en mi vida. El que pretenda hacerme pisar el palito diciendo "Pero si vos aquella vez dijiste que..." se va a encontrar con un radical: "Cambié de opinión". Un ejemplo: Cuando me gustaba Titanic, película que actualmente considero horrenda. Esto es algo micro, llevado a lo macro funciono exactamente igual.
- "Vísteme despacio, que estoy apurado". Respeto absolutamente los tiempos ajenos, y pido reciprocidad para los míos. Nunca entenderé a los workholic, pero los respeto. Ellos no entienden que dos por tres relaje tanto la disciplina que me quedo atrás 2000 leguas respecto de mi propio talento. Si me respetan, está todo bien. Quiero poder elegir cuán desperdiciada y frustrada sentirme a futuro, sin que nadie me lo esté machacando constantemente.
- Empatizo en un 90% de las veces con la gente, por cómo huele. Definitivamente, la gente con la costumbre de no bañarse o con olor corporal muy fuerte queda excluída de mi círculo existencial. No lo puedo evitar... Es químico, y es una tara que no manejo.
- Soy inmune al chamuyo y tengo un detector de cumplidos incorporado. Y me molestan los chamuyos y los cumplidos. Mucho.
- Cuando tengo ganas de gritar, tengo que gritar. Cuando necesito callarme y quedar colgada del éter, tengo que hacerlo.
- Es fundamental disfrutar de cosas simples y no hacer espamento por caminar bajo la lluvia, sentarse en la tierra (el barro si es necesario), andar descalzo o semi desnudo, mirar el cielo en perfecto silencio, comer con los dedos cuando no hay cuchara / cubierto, jugar como una criatura, el desorden (pero limpio!!!).
- Espíritu viajero.
- Mucha, muchísima imaginación.
- Tolerancia para con el otro, aunque nos patee el hígado. Que el otro exista, cuanto menos santo de mi devoción sea, más justifica mi propia existencia.


Estos principios son míos. Cambian, por supuesto: siempre les quito o les agrego algo.

Siempre que estoy en una situación diametralmente opuesta a alguno de ellos, o a todos ellos, aplico el último. Es suficiente, aunque (mierda) cada vez me cuesta más resignarlos a montones.

4 comentarios:

Fender dijo...

Pero qué mujer más difícil!

Aparte, para qué discutir? Si la razón la tengo yo?

YHVH dijo...

puedo decir con la certeza de alguien que no tiene nada que serias ma amiga que nunca tuve y siempre quise y eso me duele un poquito

gerund dijo...

a mí me gustaron tus principios
:)

además, significan que mal no debo oler, jajajajaja

:P

Nene Tonto dijo...

Uhh, son tan pablianosnenetontianos esos principios, o mejor dicho... los míos son muy cassandracrossianos.
Hablando del olor, siempre me olvido de pasarte Miss Tacuarembó que trata justamente de eso.
Abrazo
polito
P.D: están muy bien explicados,a demás