... Y había viento, y hacía un frío de otoño pese a que escuchaba croar las ranas y los cocuyos con su letanía en el canal cercano a la estación.
Me paré a aspirar el aire perfumado y azulino de la noche, subí al auto cuando llegaron; sus caras cansadas como la mía, después de una semana muy larga.
Ahora que terminamos de cenar, lavamos comunitariamente los platos y todo duerme, ahora que apenas queda una puerta destrabada esperando que lleguen los últimos ocupantes... Ahora que me asomé a la cuna y vi a Fini durmiendo. Ahora que May me apretó en un abrazo de koala, sin decirme nada, pero mucho rato.
Ahora, que es mi primer fin de semana libre en mucho tiempo, respiro.
Me paré a aspirar el aire perfumado y azulino de la noche, subí al auto cuando llegaron; sus caras cansadas como la mía, después de una semana muy larga.
Ahora que terminamos de cenar, lavamos comunitariamente los platos y todo duerme, ahora que apenas queda una puerta destrabada esperando que lleguen los últimos ocupantes... Ahora que me asomé a la cuna y vi a Fini durmiendo. Ahora que May me apretó en un abrazo de koala, sin decirme nada, pero mucho rato.
Ahora, que es mi primer fin de semana libre en mucho tiempo, respiro.
5 comentarios:
Me contagiaste algo de alivio, nena...
Me imagino los sonidos y respiro...
Besos, mujer.
Se lo merece!
Escuche mucho a las ranitas -por mí, si puede, que acá en este norte recalentado las ranas se suicidan por añoranza del agua- y postéeme algo de ruidos a noche, a estero y a (eclipse de) luna.
ah, yo sí que te entiendo!!!
bienvenida al mundo, jeh :)
Gracias por dejar esto y llevarte todo lo demás. Por un momento abandonaré esta fábrica, la ciudad, el humo y los autos y me iré perseguir bichitos de luz.
Yo no sé si estoy muy maricona, Cass, pero este post, me hizo una cosa acá.
Respire por mí, mujer. No sabe cuánto necesito un respiro.
Salú.
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