La manera en que nos movemos por prejuicio, es asquerosa. E inevitable...
Culturalmente nos dejamos llevar por el prejuicio. Todos nosotros. Siempre, en algún momento, en algún punto de la vida todos prejuzgamos.
Hoy caminaba por la calle. Miraba y recordaba...
Nada que lleves sobre la piel te define.
Nada que escuches o digas escuchar te define.
Nada que mires o leas, ni la carrera que estudies, ni la filosofía que embanderes...
Ni los lugares que visitás, el auto que tenés, el colegio al que fuiste, tus padres, tu entorno, tus amigos, tus vicios... Esto te constituye, forma parte de tu ser, pero no sos vos...
Lo único que te define es tu mundo interior, y el único atisbo que podemos tener los demás sobre él, es apenas un momento infinitesimalmente pequeño, en el que estás en silencio y los ojos te brillan de otra manera.
Pero nadie es lo suficientemente perceptivo para verlo.
Menos vos, porque ese espacio es un sitio permanentemente en construcción...
Voy a ser prejuiciosa: no hay nada peor que la persona que trata de definirse a si misma permanentemente. Toda autodefinición es tendenciosa, y es una mentira... desde el momento mismo en que la persona que la dice, se la cree.
Más sabio es el que más calla, sobre aquello que mejor sabe... y el que cree saber todo sobre sí mismo es en el mejor de los casos, un necio.
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