miércoles, abril 02, 2008

Recordatorio: 2 de abril

Ayer daban asueto en las oficinas a partir de las 13 hs para que la gente pudiera ir a Plaza de Mayo a ver a una megalómana cuyo altísimo coeficiente intelectual está, se ve, lo suficientemente despejado para lanzar lúcidos discursos llenos de nada, pero lo suficientemente obnubilado como para creerse (y hacernos creer) la mentira de que hoy por hoy estamos mejor que con Alfonfo, Méndez y la mar en coche. (Esto viene a cuento de que estoy cansada de que digan lo inteligente que es Cristina. Su inteligencia, por mucha que sea, no está sirviendo para nada, les aviso).

Hoy, que recordamos a los veteranos de Malvinas y a las víctimas de esa guerra injusta y cruel (como toda guerra), me puse a pensar si esa reverenda hija de Tolosa se puso a analizar por un momento en mejorar la situación de esos hombres que fueron a ponerle el cuerpo a las balas que nunca pidieron recibir. Los recordamos, sí. Pero se siguen cagando de hambre, se siguen suicidando, se siguen paseando por los trenes con sus muñones a cuestas y sus certificados de excombatientes a ver si alguien se compadece de ellos con una moneda, un empleo, una oportunidad.

A ver si alguien, siquiera, los mira o los escucha.

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Y sí. Últimamente estoy muy cansada.

Cansada de llevar adelante mi vida con el mejor de los humores y que a cada rato aparezcan miserables ventilando trapitos con olor a moho porque no se dieron cuenta hace cuánto los tenían metidos en el cajón sin darles bola.

Cómo duele que te toquen el culo a vos, por una vez, ¿no?

Volcá tu veneno, tu resentimiento. Bien podrida debés tener la conciencia para tener, todos los santos días, algo para decir en contra de todo. Pensá, pensá, ya que para eso sos bueno y te da la cabeza.

Pensá de paso, también, si alguna vez reivindicaste un derecho colectivo de manera pacífica, por las vías democráticas y constitucionales. Pensá si siempre fuiste de frente, sin pasar por encima a nadie. Pensá si nunca fuiste un acomodado, si el ser "amigo-de" nunca te abrió puertas. Pensá.

Escribo este post básicamente para recordarme un par de cosas:

1- Hice bien en borrar algunas personas de mi vida.
2- Hago bien en frecuentar géneros, opiniones y lugares cuyas fuentes y líneas de pensamiento no son las mismas que las mías. Todos los días entiendo un poco más, aprendo un poco más. Agradezco profundamente su existencia y tener la suerte de poder (todavía) pagarme el servicio de Internet para seguir entendiendo, escuchando, aprendiendo.

Cuando empecé con este blog (y los que siguieron) pensaba en un espacio de esparcimiento, donde los temas de la llamada "agenda de medios" no interfirieran con el espíritu de los posts y conmigo misma. Un lugar para respirar, ya que la vida real te caga a cachetazos mil veces.

Pero no se puede. ¿Saben qué? No se puede. Todo está empapado de realidad. Todo. Y yo, la que escribe por placer, pero también por bronca-miedo-amor-expectativa-felicidad-asco-ansiedad, soy la misma en este blog y fuera de él. Nunca jugué a un personaje. A lo sumo, puedo tener la capacidad de separar las aguas y volcar en el espacio de esparcimiento lo mejor, guardándome las amarguras para otros ámbitos, más privados.

Y llega un momento en que te tapa el agua, y todo huele mal, y siempre te encontrás con alguien que está preoupado, frustrado o triste. Que la viene peleando hace tiempo y que nunca, pero NUNCA (por más bien que haga las cosas, por más que la juegue por derecha) le llega un tiro del lado de la justicia, una mano, un respiro.

Y tenés que leer a esos alienados imbéciles repitiendo por todos lados su perorata de pequebús que nunca marcharon, peronistas de almacén, socialistas de ficción. Ingratos. Esos que aprovechan y disfrutan de los beneficios que otros ganaron con el sudor de su frente, sin haber movido un dedo. Esos que aplauden y abuchean pero nunca se bajan de las gradas, nunca se ensucian las manos. "Carneros", les decían en mi barrio.

Yo tengo mi posición tomada. Todo lo que sea abusivo me causa repugnancia: me repugna que se manipule una medida de fuerza, me repugna un gobierno que viola sistemáticamente a sus ciudadanos mediante la mentira, la arbitrariedad de los decretos y las promesas incumplidas; me repugna una sociedad que se agrupa en bandos, tomando partidos como si de un Boca-River se tratase la vida, canibalizándose entre sí sin medir los daños colaterales que causan.

Mientras, los pobres siguen siendo pobres y el resto que se vaya al diablo. Mientras mi familia y yo tengamos paz, pan y trabajo, está todo bien, man.

Un precepto que me quedó grabado a fuego del librito violeta de Cony Méndez, hoy destinado al último estante de la ignominia en mi biblioteca, fue este:

Desea bien. Desea correctamente. Desea en grande. Desea para todos.
Es la única forma de que los deseos se materialicen y se vuelvan realidad.
Desea, siempre. Pide en grande. Pero no para tí mismo, sino para todos; para tu enemigo, para el que te desea mal, para el que día a día trabaja para tu fracaso. Desea en armonía con el Cosmos y con todo lo que te rodea. Y verás realizado tu deseo.

Hasta ahora, nunca me falló. Me pregunto qué pasaría si más personas intentáramos esto juntas, con constancia, todos los días. Bah, no me lo pregunto.

Lo deseo.

Lo deseo en armonía con todas las cosas y seres del Universo.


martes, abril 01, 2008

Garcas

Garcas son esos que cuando venís con las rodillas sucias y el pelo revuelto de haber jugado con las nenas, cargado con las bolsas de las compras desde hace ocho cuadras (porque para comprar barato y variado "hay que caminar", si no la plata no rinde) y la conciencia tranquila, pasan por tu lado del brazo, hablando fuerte, con esa mueca de inconformismo perpetuo y mirando si hoy se meten a cenar en Chiquilín o el Paseo La Plaza.

Por supuesto, ni siquiera te miran. O sí, quién sabe. Tal vez te ven venir cargado de bolsas de supermercado Día%, apenas con el rabillo del ojo, y deciden que tu lugar es la calle. O sea: "Si querés circular, bajate de la vereda porque no te pienso dar lugar; estoy demasiado ocupado hablando de obras de teatro, o de lo que dijo hoy el noticiero, y de cómo este país se va al carajo, como para registrarte".

Por un momento (tengo el corazón pesado de preocupaciones y angustia en estos días) siento que me crece una bronca sorda. Siento que me daría vuelta y les gritaría algo. Pero él, que sigue caminando apenas un paso por detrás mío, me dice:

"Los garcas siempre van a ser garcas. Y lo verdaderamente bueno es que nosotros sólo cargamos con este peso, ahora, hoy. Ellos tienen que cargar con sus propias vidas, todos los días".


domingo, marzo 30, 2008

Autista

[Autismo. (Del gr. αὐτός, uno mismo, e -ismo).

1. m. Repliegue patológico de la personalidad sobre sí misma.

2. m. Med. Síndrome infantil caracterizado por la incapacidad congénita de establecer contacto verbal y afectivo con las personas y por la necesidad de mantener absolutamente estable su entorno.

3. m. Med. En psiquiatría, síntoma esquizofrénico que consiste en referir a la propia persona todo cuanto acontece a su alrededor.

Más información aquí. Y aquí.]


Cuando Cass no era Cass sino una nena de tres o cuatro años, entró por la puerta chica al universo de la rareza, precedida por todos los prejuicios que corresponden a una familia notoria (no siempre por motivos felices) en una ciudad pequeña.

Mucho tiempo después, en almuerzos o reuniones familiares donde se rescatan infaliblemente las anécdotas de las criaturas que ya no son, mi mamá reconocería que durante un tiempo se planteó la posibilidad de que yo tuviera algún tipo de autismo. En ambas ramas de la familia ya existían incidentalmente un par de casos inexplicables, que se agudizaron en la generación siguiente a la mía con dos nacimientos. Pasada mi adolescencia, ya me habían asumido como un bicho raro. Jamás se me cruzó por la cabeza que pudiera tener algún tipo de perturbación psiquiátrica y nadie me hizo analizar por un especialista.

Una tarde del año 2000, derivando entre mesas de saldos de la ciudad de las diagonales, encontré un libro atractivo por su precio (2 pesos) y su título ("Aquí no hay nadie: La extraordinaria biografía de una niña autista"). Lo compré sin pensarlo, junto con la historia real de los devoradores de hombres de Tsavo... me duró dos días, entre apuntes de Comunicación y Cultura y talleres varios. Lo llené de anotaciones, subrayados a lápiz y símbolos marginales. Cuando Donna hablaba de "perderse en las manchas", de su indiferencia al dolor, de sus bruscos enclaustramientos, sonaba una alarma dentro de mí. A Donna, igual que a mí, sus padres la habían hecho analizar por episodios considerados erróneamente como sordera, y que obedecían en realidad a una excesiva concentración en determinada tarea (en mi caso, lecto-escritura y dibujo).

Retengo ese vicio en mis momentos de lectura. Cuando estoy leyendo, sea donde sea, siento que el libro me absorbe absolutamente: me pierdo en lo que estoy leyendo y nada más importa. Si fuera leyendo por la calle, no sería capaz de medir el entorno y posiblemente me atropellaría un auto o me robarían hasta los calzones. Esto no me pasa con la música, tal vez por la costumbre de escucharla todo el tiempo sin que interfiera con el entorno (más bien lo acompaña).

Con algunos añitos y alguna calle encima, estoy logrando sacarme de los hombros el saco de piedras de la opinión ajena. Irme de allá fue lo mejor que pude hacerle a mi psiquis. Irónicamente, los episodios de enclaustramiento y alguna que otra crisis neurótica me siguieron a todos lados, pero estoy aprendiendo a manejarlos cada vez mejor, como quien interviene en un sueño consciente.

(No, todavía no hago terapia. Me dijeron que para hacer terapia tengo que estar convencida, querer cooperar, creer que la terapia me va a ayudar. Y mientras más lo pienso, menos lista estoy para afrontar el paso, así que no jodan).

Analizándolo en perspectiva, encuentro que el autismo como enfermedad de múltiples síntomas es uno de mis temas recurrentes. Leo todo lo que cae en mis manos desde el secundario (antes de Donna, había conocido a Sally, en esta película que me encantó -con una gran banda sonora, nunca editada, de James Horner-) y miro todos los casos documentados de los que puedo enterarme. Algo me dice que esta enfermedad es un tema bastante complejo y que lo único que hacen aplicándolo a mansalva (para definir a la clase política argentina, al academicismo canónico y a ciertas personas -por no hablar de "clases"- con complejo de ombliguismo) es desvirtuarlo.

Y acá me voy a permitir desvirtuar yo, porque escuché y leí un par de cosas que me enfermaron mal. Muy mal.

Al pan, pan y al vino, Toro. Vivimos épocas alienadas, en un país alienado de gente bienpensante y malactuante, con la conciencia más sucia que mis pañuelos por estos días. Autistas, my ass. Lo que hay en este país en este momento, es mucha jeta pugnando por opinar y poca cabeza pensando, pocos oídos puestos a escuchar, pocos culos levantándose de la silla. Mucha bajada de línea y poca militancia. Mucho ruido y pocas nueces.

Todos hablan de salir a batir la olla cuando nadie movió un dedo jamás por un pibe en una villa y se mueren de miedo cuando ven cartoneros en la esquina de sus casas. Ahora se rasgan las vestiduras porque no pueden comer fresco y jamás sostuvieron entre sus brazos a una criatura desnutrida. Llenan páginas y páginas de libelos correctísimos donde se pronuncian en contra de todo y a favor de sí mismos, aduciendo una conciencia política que sólo pueden tener desde la intelectualidad y nunca desde la acción directa. Y por supuesto, cuando un grupo acude a la acción directa todos saltan a la garganta con el "dónde-estaban-cuando".

Pero por qué no se miran un poco al espejo, manga de hipócritas. Dónde estaban ustedes? A quiénes votaron ustedes? Por qué no se hacen cargo de que, mal que bien, vivimos en un revuelto de mierda orgánico-transgénica, parida por la misma generación de garcas a los que siempre critican, pero jamás combaten?

Caminen las calles, las rutas, las villas, los cortes, métanse en los trenes llenos de piqueteros, enfrenten al que tiene la cara cubierta con un palo, agárrense de la mano de un desconocido sólo porque piensa como ustedes. Hagan lo que predican desde la tribuna, vamos.

Aprendan de sus errores de una puta vez, no sea cosa de que un día se despierten y tengan al peor de sus miedos golpeándoles la puerta de casa, sin posibilidad de defensa. Las armas están ahí, manga de pelotudos. Ahí las tienen. Tómenlas. Solos, no somos nadie. Solos, nos pasan por arriba como alambre caído. Solos, tenemos siempre el circo y jamás el pan. Solos, predicamos en un desierto donde el que grita más fuerte es al único que se lo escucha. Y todos quieren gritar, todos quieren ser escuchados, pero nadie escucha. Nadie.

Los llaman autistas. Para mí son simplemente Alienados Imbéciles.

Fin del desvirtúe. Sigamos participando.


lunes, marzo 24, 2008

Una vez más... Otoño

Vengo de pasar cuatro días lejos de la computadora (totalmente lejos).

Recibí todos los mensajes el 21, y no contesté ninguno (sepan disculpar...).

Me abrumaron de cariño, de aceptación, de pequeñas revelaciones y de regalos.

Tengo enfrente todo un camino nuevo, siempre sorprendente, y la mejor compañía para recorrerlo.

No pasa un solo día en que me despierte sin sentirme enormemente afortunada. No soy una gran "poseedora"; tengo lo poco que he podido ganarme y aún así es mucho más de lo que esperaba cuando empecé a caminar sola, hace más de diez años.

Me asombra el mundo, la gente, respirar, estar viva. Me asombra ya no cuántos somos (somos muchos); sino la energía que nos mueve. Que haya ese "amor potencial" dando vueltas en el aire, palpable, contagioso.

Estuve llorando un poco, escuchando mucho, mirándolo dormir y pensando en los afectos que tengo lejos, aunque sea momentáneamente. Olí el río, me senté en el pasto, me mojé las manos, me emocioné con imágenes que quizá merezcan otro post. Quizá. También estuve demasiado fiaca para compromisos, demasiado ausente para otros afectos más relegados.

Esta entrada debería estar fechada 21 de marzo, por mis propios motivos y porque una causalidad cósmica quiso que otro blog cumpliera años el mismo día que yo. (Y que yo no me diera cuenta hasta que estuve enredada en cuerpo y alma).

Hoy ya es otoño, o al menos fantaseo con la posibilidad de que ya no haga más calor. Me duele todo el cuerpo y no estoy en la mejor forma posible, pero aún así espero el momento de bailar y de cantar, y de llenarme la panza de canto y de risas.

Ya es otoño. The witch is out. Y, como dijera una amiga de la casa, esta es la canción de estos días:



(Este es el típico tema de BSO personal, al que le haría mi propio video!)


miércoles, marzo 19, 2008

Subeibaja

Todos los días tengo al menos una o dos ideas rondando mi cabeza que tratan de materializarse en palabras.

Todos los días. Como hace tiempo no me pasaba esto de tener la compulsión de escribir (las planillas excel, las obligaciones diarias, los repentinos y repetidos olvidos del cuaderno de apuntes por el cambio constante de mochila / bolso desplazan fácilmente mi atención) empiezo a asustarme de las palabras que se me amontonan en la cabeza y que no paran de hablarme al oído.

Cada vez que intento capturarlas algo está distrayendo mi atención. Seguramente cuestiones importantes que hacen a mi supervivencia diaria. Siempre hay algo por delante de esas palabras. Cuando vuelven a ellas mis sentidos se tornan esquivas, inasibles. Ya se fueron, hartas de mi momentáneo desprecio y posiblemente tan impacientes como yo misma.

Últimamente tuve la "genial" idea de matar un poco esas palabras con música. Contraviniendo mi propia aversión a llevar auriculares en la calle, ahora los uso casi todo el tiempo como un paliativo del bochinche ambiente. Pero su finalidad termina corrompida: no puedo, nunca pude, tapar las palabras con música.

Las palabras se apoderan de cada pista de audio, volviéndola background para su juego de escondidas.
Cuando no las estoy escuchando del todo, pasan a un discreto segundo plano y reaparecen en las noches, a través de sueños que me dejan pensativa y que a la luz de la mañana se disipan como la niebla del invierno con el primer rayo de sol.

Se acerca mi estación preferida y voy en camino a las mañanas verdeazuladas que tanto extraño en esta época del año. Junto a los libros que difícilmente lea entre caminatas, mateadas y reuniones familiares en el césped del patio a la tarde, viajará el cuaderno azul donde alguna vez quise escribir lo que sentía mientras caminaba por aquellas calles y éstas... y tantas otras cosas que a diario me marcan la piel con un nuevo "pendiente" en la lista.


domingo, marzo 16, 2008

Panza

Al final, no hubo festival celta. Poca plata y un ánimo flaqueante que terminaron con algo de fiebre definieron a último momento el derrotero: el Borges, 12 y media de la noche (hora vieja).

Allí no sólo me reencontré con un grupo de buenos músicos, que gustan notablemente de lo que hacen, sino con la memoria emotiva que una canción disparó en mí.

Para que no me olvides, voy a coserte
a mi cintura.
Como hermanos siameses, estamos unidos
Para siempre...

¿Quién era yo hace mil años, antes de estas palabras?
¿Quién era yo? ¿Por qué me escondí tanto tiempo pensando que era lo mejor para mí y para los demás, si ya una vez había comprobado que todo eso era pura falsedad?

Sobre el show en sí, ¿qué puedo decir que no sepan los que hace tiempo siguen a esta banda?... Mariana Bianchini me parece una buenísima performer y me hace mantener los ojos en el escenario todo el tiempo. Indudablemente, además... una de las mejores voces que escuché en el ámbito local. Y toda la actitud.

En algún momento subiré la canción a la que me refiero, pero no hay buenas versiones que no sean en CD... y acá no tengo el material, no way. Mientras, disfruten del último video. Los CD's se consiguen en Zivals, Gandhi y en los shows de Panza.

Y no dejen de visitar el sitio web, que no tiene desperdicio.



martes, marzo 04, 2008

What´s wrong with you, people?

¿Con nosotros? Muchas cosas. Pero con ustedes...

Me aterra pensarlo. En días como hoy, me aterra.

(Empecé a leer el libro "Estúpidos hombres blancos" de Michael Moore, y si bien trato de ser escéptica respecto de los datos - como siempre-, ni todo el sarcasmo del mundo me quita el mal sabor de boca que me genera el profundizar en una sociedad capaz de engendrar semejantes monstruos)


IMPORTANTE UPDATE: La imagen no es apta para personas sensibles. Están avisados (Una vez más, el Extraño Mundo tiene una deuda de gratitud con Gerund por hacerme acordar de cosas obvias que se me pasan... sepan disculpar)



sábado, marzo 01, 2008

Jeckyll / Hyde


Recién en los últimos dos años vengo derrapando hacia una realidad propia que siempre me negué a aceptar.

La cuestión es esta: Soy una drama-queen de lo peor que existe. Mi histrionismo me juega malas pasadas cuando sobreactúo síntomas o emociones de cualquier tipo, porque me sé perfectamente capaz de obligar a los demás a actuar en consecuencia. El dramatismo es como un boomerang: si bien a vos se te pasó el berrinche, siempre vuelve el rebote y te pega de pleno.

Alterarte altera a los otros, y cuando se lo hace adrede (no importa si la intención es inconsciente), las consecuencias pueden ser cruentas. Nadie lo debería tener tan claro como una persona con cabal conocimiento de cómo la energía afecta a la gente. Y sin embargo... hay ocasiones en que simplemente me desborda. No consigo evitarlo.

Todos tenemos algo de dual en nuestra naturaleza. Cuando la dualidad toca los extremos de un espectro determinado y uno no puede evitar pendular como loco, sube a sus "otros significantes" a una montaña rusa capaz de crispar los nervios más templados. El tema es darse cuenta antes de que el péndulo oscile como loco y empiece a golpetear todo alrededor.

Una herida tan insignificante como un rasguño al orgullo, no debería ameritar un daño alevoso en devolución.

miércoles, febrero 27, 2008

De a poquito...

... Muy de a poquito, voy sacando los ladrillos que puse en esa pared que me aislaba del mundo.

Tengo que hacer verdaderos esfuerzos para no revoleárselos a todos los que provocan que el muro se caiga.

De a poco voy encontrando la fuerza que creía enterrada y concentrándola en los puños, en la punta de los dedos y la lengua.

¿Alguna vez vieron a un carnero embestir? Yo sí.

Agárrense. Todo llega.

jueves, febrero 07, 2008

Una cierta torpeza para lo práctico

... And now for something completely different...

Por más que quiera, me cuesta horrores estacionar en dos maniobras. Hay días que por alguna extraña alineación planetaria me sale de taquito; no es el caso en la mayor parte del tiempo.

No importa cuánto le dedique ni con qué cuidado me fije cómo se hace: cuando lavo ropa, no queda totalmente bien. O al menos no como a mí me gustaría. Poco a poco voy resignando esa tarea a los lavarropas automáticos.

Soy la más perfecta inútil maquillándome. Los tacos no me quedan bien porque llevo veintipico años caminando en zapatillas o zapatos con suela, sin taco (a lo sumo unas decentes plataformas). Intento usarlos cuatro horas seguidas y termino sintiendo una puntada de agonía desde la pantorrilla hasta la nuca.

No puedo con los juegos de ingenio, los rompecabezas, los desafíos de pensamiento lateral. Mi dispersión natural me obliga a pasar de una cosa a otra rápidamente, e incluso me doy por vencida con las adivinanzas si pensar en la solución me lleva más de uno o dos minutos.

No puedo clavar ni una chinche sin martillarme primero el dedo.

Soy una máquina de anotar datos importantes en papeles sueltos y perderlos.

No mido mi fuerza ni mi gestualidad. He roto más vasos y termos de mate de los que tenga memoria, sin mencionar las puertas despicaportadas y la gente lastimada por mis empujones / pisotones.

Mi vehemencia al expresarme suele espantar a la gente. Pierdo la perspectiva de la persona a quien me dirijo y todo el sentido de la ubicación. No hablemos si a la fórmula se agrega un poco de alcohol.

Soy nula para las matemáticas. Todo lo numérico o sistémico se me escapa. Ni siquiera pude estudiar música, entre otras cosas, por eso.

miércoles, enero 16, 2008

Pequeño manual de inutilidades imprácticas

Quién no tiene al menos una habilidad o un conocimiento "inútil"? Con los que he reunido en mi vida, tengo para una pequeña colección de folletos.

- Dedos prensiles. Puedo levantar a la altura de la cintura, con los dedos de los pies (gracias Gé! qué haría sin vos?), prácticamente cualquier cosa: desde un naipe hasta un balde, pasando por ropa de distinto calibre, libros, llaveros... Todo con tal de no agacharme (esta es una habilidad que cualquiera tiene, pero se pierde al no ejercitarse).

- Conozco casi al dedillo el número de parpadeos de los muñequitos rojos de los semáforos peatonales, según zonas de la Capital.

- Puedo recitar de memoria y habiéndolos copiado a mano una sola vez en mi vida, el soneto póstumo de Alfonsina Storni y el poema "Al filo de la luz"de José Luis Martín Descalzo.

- Recuerdo los nombres de los personajes (y los actores que los interpretaron) de todas las películas que me han impresionado en la vida. También los años de edición de mis discos preferidos.


- Mis tortillas nunca fallan. NUNCA. Aún con el 90% de probabilidades a favor de quemarse, siempre se salvan.


- Rara vez corrijo lo que escribo, prácticamente no tengo errores ortográficos (cuando detecto uno, propio o ajeno, me agarra un ataque de maestraciruelismo).
(Lástima que Gé me enganchó en falta en el post anterior. ¡Menos mal que puse "rara vez"!)

- Puedo hacer dormir incluso al niño más rebelde.


- Tengo buen oído musical y puedo recordar la nota exacta de inicio de muchísimas canciones, además de las de ciertos timbres, sirenas, bocinas, motores, etcétera. Con apenas escucharlas un par de veces. También tengo la capacidad de "sacar" y sostener la segunda y/o la tercera voz de una canción. Y canciones en la guitarra, transportando escalas... etcétera.

- Recuerdo la composición de los colores secundarios, cuáles son los complementarios, el orden de los colores del arco iris y distingo entre matices de color imperceptibles dentro de una gama determinada (por ejemplo, los azules, los verdes y los violetas).

- Memoria olfativa total. Una vez olfateado, no lo olvido jamás.

- Leo rápido. Hice la prueba (este muchacho me dio la idea; no la hacía desde el secundario) y me di cuenta más o menos cuánto: a razón de una página cada 40 o 50 segundos; depende de qué tan tronchada esté mi vista en el momento del día en que leo y del volumen de palabras por página. Suelo recordar bastante bien todo lo que leo, así como nombres de personajes y autores.

- Pese a los años y el sedentarismo acumulados, sigo siendo capaz de hacer el arco sin apoyarme en la pared. Y caminar parada de manos.

Sin repetir y sin soplar. Hay más, claro. Excluídos (más de uno) por motivos que hacen a mi blog un sitio ATP .
Si quieren, colaboren con sus inutilidades.

viernes, enero 11, 2008

Fragmentos

Me temo en estos días extraños.

En momentos donde el cuerpo se abandona al mandato de las hormonas, de la sensación térmica o la chinche cotidiana, soy capaz de absolutamente cualquier cosa. Cualquier cosa. De gritar lo que estoy pensando en lugar de murmurarlo, de cantar a voz en cuello, de pelearme con los transeúntes, los choferes particulares y públicos, de devolver una pelota reventándola con el pie, de largar una carcajada y perder del todo la pátina de invisibilidad que me rodea. Mis dedos revuelven ligeros las góndolas de Corrientes, con un tap-tap-tap-tap nervioso de libros sobre libros sobre libros. Apreto los dientes y me llevo a la gente puesta. Simplemente me es inevitable. Es el verano. Detesto el verano. El noventa por ciento de los días, al menos.

Pero hoy hacía un fresco casi otoñal y el cielo azul era pura simpatía cósmica. Terminaba la semana (una semana odiosa, tortuosa); iba al encuentro de una ventana abierta a una calle sin ruidos (bendito fin de semana! váyanse, váyanse todos... lejos, déjenme la ciudad por dos días) y a un interludio de puro placer ocioso. El aire olía gris azulado por primera vez en meses.

Atravesaba una plaza silenciosa, luego otra. Crucé en rojo; ahí fue donde caí en la cuenta de que faltaban los autos. En medio de la segunda plaza, desaceleré a mínimo; una paloma bajaba aleteando, sin prisa. Casi en cámara lenta. La imagen se congeló del todo y de pronto recordé otra plaza

...cuatro años antes,
May caminando con decisión, las manos llenas de maíz
segura sobre sus 60 centímetros de altura
rodeada de palomas que le picaban los cordones de las zapatillas, las manos abiertas
sus labios relajados en una sonrisa quieta, entreabierta, mientras una bandada de palomas la cubre de los pies a la cabeza.

Viéndola, viéndome en esa misma plaza, fue como si el tiempo se hubiera deshecho en muchos fragmentos. El tiempo, que a fuerza de fragmentarse y recomponerse en mi memoria, me hace oír la música que no ha sido escrita y los sueños aún no soñados, retoma su ritmo más o menos dos metros más allá del semáforo de Tribunales.

Quedan los ojos de May revoloteando en el aire de la tarde.
Y me doy cuenta que la extraño. Extraño sus ojos que saben mirar sin miedo a todas las criaturas de la Tierra. Porque en eso se parece a mí, y sólo nosotras podemos comprendernos.

En estos días extraños (ahora me doy cuenta), quizá ella sería una de las dos personas en el mundo capaces de serenarme.


jueves, diciembre 27, 2007

Sombras


A veces uno pierde la perspectiva de ciertas cosas. Llega el fin de año y resulta que en el balance general (oportunidad excelsa para evaluar en profundidad si las hay, e invariablemente desperdiciada cada vez) nunca miramos más allá de nuestro propio ombligo. Bueno; hay excepciones. Pero la consigna general es "qué balance hacés de..." y terminamos siempre cayendo en el Planeta Yo.

Por alguna razón, y pese a que insisto en llamar a este sucucho un "espacio de catarsis", dos por tres se me traba la bolita y en el balance anual-semestral-mensual-semanal se me cuela por todos los wines la realidad con sus sombras, más que con sus luces.

La sensación es definida, bastante extraña y la arrastro desde que tengo uso de razón. Ya sea que vaya caminando por la calle, o esté aislada en un lugar cerrado (sala de espera, oficina, cola de banco), o esperando un colectivo que no llega pasa la sombra sobre mí como si fuera un pájaro enorme. La sombra no es necesariamente un oscurecimiento del sol; a veces es apenas una voz en la radio, una noticia que te aturde con su déja vú implícito desde un cartel en la calle. A veces es el recuerdo de una mala fecha que insiste en repetirse como un karma macabro. Te golpea en la nuca con un aire frío, te envuelve en alas de incertidumbre. Enseguida pasa. Pero por lo general, se queda con su peso apoyado en algín rincón, esperando un resquicio de mal día para envenenar el alma.

Entonces me pongo a pensar en las recurrencias de mis fines de año anteriores. Las sombras vuelven con más fuerza en esas épocas. Es como el otoño para los suicidas. Y mis tendencias escapistas se activan con más fuerza, porque pareciera que sólo puedo atravesar el muro de sombras con una cierta proporción extra de hiperrealismo.

En épocas donde los demás hacen balances personales, yo pierdo el tiempo comparando los beneficios de vivir el aquí-ahora, con los de otros cientos de millones de menos privilegiados que saben que su vida vale menos que la bala que los mata. Las noticias de los últimos meses, que rara vez me abandonan la cabeza, ahora se pelean codo a codo con la catarata de información desplazada de agenda por repetitiva: las guerras civiles que desangran continentes enteros, los conflictos que nunca terminan, la persistencia imbécil del intervencionismo yanqui en Afganistan e Irak (¡tan burdamente -poco- reflejadas por el último Redford!), los niños que no paran de nacer para morirse al poco tiempo, como si estar en el mundo (algo tan natural para mí) fuera una parada intermedia a algún otro lado.

Hace poco escuché algo inquietante, dicho casi al pasar: "Acá todos están demasiado confiados de que nunca les van a poner una bala". El instinto de supervivencia nos dota a todos de cierta piadosa neurosis para con la desgracia ajena; de modo tal que algún atisbo de interés por el prójimo suele ser tomado como fanatismo religioso o como snobismo solidario (sí, ese mismo que nos lleva a reenviar cadenas por pura buena fe, pensando que logramos algo), o cosas peores.

Vale reírse de las preocupaciones del otro, como nos reímos todo el tiempo de la vida y sus bemoles. Por supuesto. Sólo que últimamente tengo sombras encima todo el tiempo, y aunque no dejo de reírme, no dejo de pensar. ¿Será válido sentirme angustiada en solidaridad con aquellos que están a miles de kilómetros de distancia? ¿Con gente de la que apenas sé lo que escucho, leo y percibo en mis sueños, y a la que nunca conoceré? No sé. En todo caso, sé que no puedo evitarlo. La angustia es real, está aquí, puedo palparla. Como cada uno de ustedes, eventualmente, tendrá sus angustias que no discuto ni juzgo.


No era al cuete, entonces, que en los últimos días pensaba tanto en este video*...







*(igual me gusta todo "To all new arrivals", jeh).
(Se me contagió la linkitis de uno que yo sé. Pucha).

martes, diciembre 18, 2007

Vergüenza

A ver si se enteran...



LOS PULGARES NACIERON ACÁ



José Antel: Descubrimiento, las pelotas. Ustedes lo habrán capitalizado allá, pero la idea ya estaba registrada y en marcha hace tiempo.

Pero en algo tiene razón Donnie: la oportunidad, por más que la sirvas en bandeja, sólo es oportunidad hasta que el que tiene los medios para ayudarte a concretarla la vea como opción concretable.

Igual, estoy indignada. Y chinchuda. ¿A quién hay que garcharse en este país para mover una puta influencia? Porque está visto que el talento es condición negociable.

(¿Putos uruguayos? No: Argentinos imbéciles)

Es fija

Todos somos el milagro de alguien.

lunes, diciembre 03, 2007

Sin promesas, una promesa

Hoy escribo lo que tu mano no llegó a concluír. Lo paso en limpio, como querías. Hoy, por primera vez, después de muchos intentos fallidos, esfuerzo mis ojos medio miopes para descifrar los trazos erráticos de tus últimos meses. Y escribo. Con los ojos bien abiertos, para verte en cada línea tal cual te mostrás. Veo hasta la foto en sepia donde los cuarenta que eran, ya no son y ahora sólo viven en esa foto sepia. Como vos.

Estoy escuchando música que te gustaría oír conmigo. Estoy bien. Estoy en paz, pese a las zozobras cotidianas. Sigo leyendo, sigo escribiendo, sigo buscando algo. Siempre estoy buscando.

Y te extraño tanto que cada tanto tengo que verte. Lo siento. No tuve duelo de tu cara demacrada en un cajón, no pude pararme a tu lado para recitar el verso que querías. No hubo más despedidas que ese día previo a la recaída donde, paradójicamente, estuviste más lúcido que nunca.

No recuerdo exactamente tu voz de esos días, sí la otra. Y tu letra. Y tu trote irregular escapando con la pelota de voley. Y tus ojos de un celeste verdoso bajo las cejas pobladas.

Te veo cada vez que me tumbo boca arriba en el césped, en algún lugar, y me quedo mirando fijo el sol y los parches de cielo entre las hojas.
Cada vez que el garabato de un rayo dibuja el cielo nocturno, o la tormenta inminente esparciendo su olor sulfuroso en el aire.
Cada vez que abro al medio una naranja o una granada para comerla a diente vivo, limpiándome con el antebrazo lleno de tierra del camino.
Cada vez que manejo por esa ruta que lleva al puente y me meto de un volantazo prudente en calle 7 puro polvo al fondo, hasta la primera curva. Cada vez que descubro lágrimas en mis ojos al bajar la ventanilla y aspirar el olor a pradera como si fuera el último olor en el mundo que quiero olvidarme, si tengo que olvidarme de todos.
Yo, que nunca hago promesas, me comprometo con vos a continuarte.

A darle a tu historia el remate que tanto te gustaba imprimirle a tus poemas, esos que guardo mecanografiados en original (porque también heredé de vos la capacidad de improvisar sobre la marcha, sin corregir, sin errarle. Así, de puro culo). Esos que hablaban de la nostalgia del hogar y de la muerte.
A darle a mi propia historia un final a toda orquesta, con Illumination de fondo, y aunque no crea demasiado en la continuidad de nuestras sendas voy a buscarte trepando a la montaña llena de flores donde sé que me estás esperando.

Te quiero hasta el Cielo. Sé que siempre lo digo, pero es cierto cada vez.

martes, noviembre 27, 2007

(in) madurando

X: y por primera vez (bah, segundo si recordamos) toy traumado porque no hay escapatoria, no va a terminarse nunca, y por más vacaciones que me tome, será siempre lo mismo
la maldita vida del laburante

Y: uy
estás en crisis, nene

X: todavía no, pero son los síntomas

Y: yo te juro prefiero amargarme por eso y que no me falte nunca el laburo, porque quedo en la calle

X: ah bueno, hoy estamos en pose destructura de sueños ¬¬
igualmente creo que el saber que aun no se realmente de esos temas, es parte de toda la futura crisis
M... el otro día osó decirme q estoy madurando, y creo q tiene razón
:? tengo miedo

Y: pero nene...
madurar no tiene nada de malo, siempre y cuando quede ese core de franca inocencia chanta que tenemos
madurar, es más... es necesario
hasta Gorodischer debe haber madurado, aunque no se le note

X: says who?
jeje

Y: la clave no es renegar por eso, sino cagarte de risa de la madurez
plantándole cara a cada rato y recordándole que vos concedés parte del terreno
pero te guardás un patio de juegos bien grosso
como el jardín de howl
ponele




(Todos tenemos que pecar alguna vez de bloggerismo, O bloggerez, si se prefiere)

domingo, noviembre 11, 2007

El camino de los sueños

No es la primera vez que un sueño me saca de la cama, con esa sensación atroz de realidad que ni los ojos en agua fría, ni el té caliente en la garganta, son capaces de despejar.

En alguna ocasión hablé de los sueños vívidos. No hay reglas para estos sueños; siempre aparecen cuando menos los espero. Las situaciones varían, desde la más absurda de las ficciones, hasta la más realista de las fantasías (respirar bajo el agua o el sueño de volar, sin ir más lejos: los más recurrentes).

Me gusta soñar y también poder recordar lo que sueño, aún mucho después de despertar. Casi diría que no hay sueño que no me guste, pero hay algunos que realmente me hacen muy bien y cambian mi humor para el resto de la semana. Y están los otros...

Sin ser exactamente pesadillescos, se ubican en esa frontera molesta entre lo inconsciente no resuelto y los peores miedos de la niñez. Curiosamente, dejé de tener esos en los que aparezco desnuda caminando por la calle pensando incómoda "que nadie se dé cuenta, que nadie se dé cuenta", mientras me debato entre pedirle a un desconocido que me preste algo para cubrirme o asaltar un negocio, cualquiera, con tal de ponerme algo. Pero sigo soñando que vuelvo al colegio secundario porque me quedó alguna materia colgada, y cuando estoy sentada en el viejo pupitre del primer piso, mirando al patio por la ventana, me doy cuenta de que no recuerdo absolutamente nada de Física o Matemáticas (mis dos materias más odiadas). Y lo que es peor: ni siquiera tengo las carpetas al día, ni los libros. Sigo soñando con monstruos inverosímiles, con laberintos, con la oscuridad de una escalera sin fin y el olor a moho de la piedra de los cementerios.

Los que más me frustran, indudablemente, son aquellos en los que por algún motivo (preservación o irritabilidad) llego al extremo de irme a las manos con algún contendiente... para descubrir que mis puñetazos no tienen la fuerza suficiente, que mis movimientos son demasiado lentos o que veo demasiado borroso como para atinarle a algo. Por lo general, me despierto de esos sueños con los brazos y las mandíbulas acalambradas.

Hay sueños, sin embargo, que me preocupan más que los otros. Involucran a personas que ya no están o que no veo hace tiempo. Aparecen de la nada, en situaciones cotidianas, sonrientes cada vez y hablando de trivialidades. Ellos están cómodos y felices; yo, por alguna razón, me siento inquieta. Con el transcurrir del sueño la sensación explota y termino despertándome con la certeza de que esa persona necesita algo de mí. Algo que no le di, algo que quedé debiendo, algo que no dije o que no escuché. Al despertar, si tengo la posibilidad, me pongo de inmediato en contacto con la persona en cuestión. Más allá de la sensación de resaca que dejan esos sueños, me han sido sumamente útiles, y aprendí a desarrollar la capacidad de recordarlos en detalle, prestándoles más atención que a ningún otro.

Anoche soñé con mi abuelo. Él murió hace un año, diez meses y dos semanas. Tal vez tenga que ver con el hecho de que me lo mencionaron bastante ayer; lo cierto, es que ese sueño me sirvió para darme cuenta de que tengo una asignatura pendiente con el querido "Guachi". La "primaveración" ficcional tiene que ver con eso, y con el bloqueo de las palabras ajenas que me fueron heredadas y que tengo atragantadas, encerradas, hace bastante tiempo.

Es momento de abrirles la jaula y enfrentar mi propia memoria.

lunes, octubre 29, 2007

Alguien tenía que decirlo.

Porque respeto a personas como él, los invito a leer esto.

Resume buena parte de mi sentimiento de hoy. Y al que le quepa el sayo, que se lo ponga y aguante.

No quiero volver a escuchar a ningún imbécil volver a llenarse la boca de "¡Qué barbaridad!" a la Susanita, después de avalar con su voto tanta miseria. Yo he hecho mis mea culpas hace tiempo, y a tiempo me comprometí con la realidad desde el lugar que me toca ocupar. Sin embargo, leyendo a don Lucho y viendo a los gurises dormidos a la vera de "Chiquilín" cada noche, todavía siento que tengo que purgar tanta vergüenza.



Rojo

Qué ofensiva me resulta la risa incontenible de cierta gente cuando estoy triste.

lunes, octubre 15, 2007

Sábado


Hay silencio de sábado pese a las palabras y al tránsito de Corrientes y la amenaza de lluvia que se aleja. Hay silencio, porque siempre que estás bien hay un silencio que recorre el mundo como un ángel que pasa (dicen las viejas). Y hay silencio porque a veces la melodía que suena en el pecho como un acorde único (como el Fa sostenido, que por algún motivo me afecta de una forma distinta a las demás notas, sobre todo en ciertas canciones) pulsa en las venas con fuerza extraña, buscando una vía hacia afuera. Una explosión de emociones tratando de salir, atomizando todo.

En una mano, la bolsa con un poco de verdura; en la otra, tu mano. En tu otra mano, las últimas monedas. Nuestras palabras, el olor de la noche y el silencio (me niego a escuchar estos colectivos que pasan tan cerca), las piernas acompasadas y simétricas trazando pasos sobre la vereda, pasos que no hacen ruido. "Una rata, ahí, ahí..." Las risas. Callao. Y un saxo ahí nomás, donde termina el obrador justito al lado del Los Angeles.

La banda de todos los sábados nos corta el paso. Apoyados cerca de un auto siento que el Fa me deja para perderse en un acorde de jazz, va a reunirse con el resto de la música y me deja el pecho abierto, expuesto. Sigo apretando la bolsa, cambiamos de mano. Ahora siento unas monedas contra la palma; las últimas, tibias. Echo las monedas en el estuche del saxo, donde han caído otras cuantas y muchos billetes de dos pesos. Una señora alta, canosa, enfundada de negro, me mira con aprobación (aunque tengo la cabeza baja; sonrío).

Cinco temas "Oh-when-the-saints-go-marchin'-in" después, con los bolsillos vacíos, las manos llenas, otra vez los pasos sobre la vereda y sonrisas que aletean en el aire. Felices con tan poco, silencio hasta la esquina, las luces que se apagan, la casa.



jueves, octubre 04, 2007

Suspensión animada

Vuelve el caracol a la casita...

Hasta mejor ver. Empieza mi temporada de "primaveración".

viernes, septiembre 21, 2007

De la primavera y otros ciclos naturales


Es curioso cómo yo, que no le busco demasiado la lógica a las cosas (aunque tengo mis épocas) me encontré de repente razonando que mi vida responde a ciertos ciclos, tal vez inconscientes o involuntarios. Los de la naturaleza, por ejemplo.

Este blog nació por accidente hace hoy dos años. No pensaba tener uno, no me interesaba. Sin embargo, el entusiasmo de una persona a la que aprecio mucho (entusiasmo que la llevó a crear un blog que no admitía comentarios anónimos) hizo nacer El Extraño Mundo de Cassandra. Y así empezó un camino de redención para una parte de mí que estaba muy metida dentro, sin salir, hacía bastante tiempo.

A través de este espacio vi cambiar muchas cosas en mi vida, e incluso a mí misma. No soy estática. Hay ciertas mañas que no pierdo, pero todo se ha transformado desde aquel 21 de septiembre hasta hoy. Por ejemplo: sigo siendo inconstante, pero fui capaz de sostener este espacio a través de los meses con un poco de irregularidad... Y también conservé amigos, y gané y perdí otros. Cambié de laburos. Estuve desempleada. Me mudé. Gente murió. Gente nació. Lloré, me reí. Pasó la vida entre estas líneas, muchas veces sin que nadie se diera cuenta.

Este fue y sigue siendo un espacio de catarsis personal, y sólo ocasionalmente puede que alguien encuentre una pista para su propio extraño mundo. Lo único que puedo hacer para celebrar este día (pura formalidad, ya que celebro la vida a cada paso, cada día, simplemente por el hecho de abrir los ojos por la mañana y sentir que el corazón me estalla de felicidad) es expresar mi gratitud por todo lo que este espacio me dio.

Los conocí. Ustedes saben quiénes son, no necesitan que se los diga. Gracias por no tener miedos ni prejuicios, y acercarse a mirar (o a matear con tortas fritas).

Y a vos, por el desbloqueo. Porque me hiciste dar cuenta que el jardín secreto era apenas la antesala a un profundo bosque mucho más vasto.

Bienvenida otra vez, Primavera, y Carpe Diem para todos mis coooooompañeroooooss



viernes, septiembre 07, 2007

La fatalidad tiene tu nombre



Desde muy chica me hice la costumbre de visitar el negocio de mis abuelos (un enorme local que hacía las veces de lencería, mercería, lanera, casa de telas y bazar, con su propio depósito y hasta una oficina para la inmobiliaria al fondo) al menos una vez a la semana. El placer de jugar en los desvanes disfrazándome con las telas y de meterme en las canastas llenas de madejas de moahir, cashmilon, shetland y merino era inenarrable, aunque los ácaros se hacían una fiesta con mis mucosas.

Como todavía no había llegado el momento en que el abuelo me promoviera a su despacho y comenzara a hacer uso de la gigantesca Remington para escribir mis primeros cuentos, era un poco difícil mantenerme quieta. Usualmente, mi abuela terminaba llevándome a la librería y papelería Sarmiento, a una cuadra de distancia, y me compraba cartas Cromy o alguna revista.
Un día encontré un librito de tapas duras con la carita en primer plano (dibujada, por supuesto) de una chica rubia con vestido azul y gorrito de velo, muy siglo XIX. (¿Alguna vez expliqué que me fascinaban los vestidos de época?). Inmediatamente dije "quiero éste" y la abuela lo compró.

El libro era "Sissi y los ladrones". Aún lo tengo en algún rincón de la casa de mis padres, sus hojas cosidas un poco descalabradas por el uso. Al verlo, mamá me comentó que cuando era chica había visto las películas sobre Sissi que protagonizaba Romy Schneider, actriz cuyo destino trágico fue tantas veces equiparado al de su personaje más famoso. Se había enterado que Sissi fue una emperatriz austríaca, que había existido de verdad y aunque su vida era en sí apasionante, no se sabía bien cuánto de ficción y de realidad había en las películas y libros sobre ella.

Un par de años después, recordando aquél regalo, mi abuela apareció con un nuevo libro: Sissi y el fugitivo, de la colección Billiken tapa roja. Vinieron más, todos de diferentes autores (casi todos franceses, una recurrencia curiosa en la biografía de la emperatriz austríaca). Y sólo acrecentaron mi hambre por el personaje. Consumo desde entonces todo lo que existe en soporte tangible sobre ella. Nunca una figura histórica me apasionó tanto.

A grosso modo, y para que entiendan algo de esta mujer excepcional, un punteadito de datos...

Isabel de Wittelsbach, o Elisabeth de Baviera, o Elizabeth Amalia Eugenia de Habsburgo-Lorena, es la primera reina romántico-gótica de la que puedo dar fe. (Una darkita pionera, vamos). A diferencia de Juana La Loca, víctima de su propia condición mental, Sissi alimentó con rabia y morbo sus obsesiones.

La casaron a los 16 años con Francisco José I, el Emperador de Austria y Rey de Hungría, un hombre "políticamente correcto", pero débil y permeable a la influencia de su madre, la archiduquesa Sofía, que no toleraba el comportamiento expansivo y descontracturado de una adolescente que permanentemente rompía con el protocolo. Las peleas de Sofía y Sissi envenenaron a la corte y las relaciones exteriores del Imperio se vieron muy afectadas por esa rivalidad, que sólo terminó con la muerte de la archiduquesa.

Le fascinaban los cementerios y los manicomios. La idea de la locura la conmovía de una forma particular, ya que los Wittelsbach arrastraban la carga genética de la esquizofrenia y la bipolaridad. Esta característica se ensañó en el primo preferido de Sissi, Luis II de Baviera, llamado "El Rey Loco"; homosexual y maníaco-depresivo, murió misteriosamente ahogado en el lago Starnberg, golpe del que Sissi nunca se recobró. [Por obra y gracia del update, y de OvejasElectricas, pueden ver más info de este otro rayetti aquí]

Amante de la naturaleza, podía realizar caminatas de hasta cinco horas sobre hielo y nieve; escribía una poesía empapada de amor y de nostalgia sobre los oscuros bosques de su Baviera natal. Fue estimulada por su madre a la instrucción temprana, y por su padre a la equitación no convencional; era capaz de montar usando pantalones y a horcajadas, en una época donde las damas montaban de lado.

Su avidez por el ejercicio físico y por mantener su cintura en los 50 centímetros exactos de perímetro, la llevaban a realizar a un régimen autoimpuesto de poquísimas calorías (literalmente, se mataba de hambre) y a afrontar largos períodos de anorexia nerviosa. La estricta corte austríaca se escandalizaba de verla correr en negligée a las seis de la mañana por los jardines del palacio de Schönbrunn, aún en invierno; también por su excéntrica cabellera, larga hasta los pies, que debía ser lavada día por medio por tres criados durante dos horas.

Era tan insegura que rara vez sonreía por no mostrar sus dientes pequeños y amarillentos, y tan vehemente cuando se trataba de defender sus convicciones que los políticos caían rendidos a sus pies. Considerada la mujer más bella de su tiempo, asumió como pasatiempo coleccionar retratos de mujeres hermosas de cualquier extracción social; los diplomáticos de todo el mundo se los enviaban de regalo a pedido.

Cuando el amor de su marido dejó de importarle, ella misma le proveyó de una amante. Viajaba incesantemente por placer, de incógnito (se hacía pasar por una baronesa, título nobiliario insignificante al lado del que detentaba realmente) y acompañada apenas de una dama de compañía húngara, Ida Ferenczy, que era a la vez su mejor amiga.

Murió muy joven, a los 56 años; aún así, el destino quiso que viera morir primero a sus seres más queridos (su padre, su madre, su hermana del alma, su hija mayor y su único hijo varón, los tres últimos en trágicas circunstancias). Tan humilde era, y tan agotada estaba su voluntad de vivir, que incluso le pidió perdón a su asesino cuando le clavaba el puñal; hasta el último momento, pensó que había tropezado con él.

Anoréxica, cocainómana, madre desapegada y ermitaña furiosa, fue la mujer más amada y llorada de la Europa de pre-guerras. Y todavía me conmuevo tanto al hablar de ella, que siento como si la hubiera conocido de toda la vida. Bah, tan lejos no estoy. Me acompaña desde los seis años, nada menos...

No recuerdo una amistad más antigua que la suya.

(Post dedicado a Nala, simplemente porque detonó las ganas de hablar de este personaje que me apasiona desde chica)

jueves, septiembre 06, 2007

Dar y recibir, y nobleza obliga...



La seño Sibila me ha honrado y sorprendido con un premio porque, según afirma, mi blog es solidario... Desando el camino y me encuentro con otros bloggers que vienen remando la iniciativa (prometo re-visitarlos, Espina, Marinita, Dotpod, y demases...) que se originó quién sabe dónde porque ya me mareé (hay dobles nominados, y esas cosas que desafían a mi fiaca).

Y por supuesto, me pregunto qué hice yo para merecer esto; bien poco, seguramente. De todos modos, ya pensé en mis honoríficos personales por eso de que siempre es más sencillo ver el mérito ajeno que el propio (o al menos ese es mi caso).


Ante todo, las reglas de este premio:


- escribir un post mostrando el premio y citar el nombre del blog que te lo regala, enlazando a dicho blog.
- elegir siete blogs que se hayan destacado por ayudar, apoyar y compartir. avisar a los premiados, quienes deberán, a su vez, entregar el premio a otros siete bloggers.
- colocar la imagen del blog solidario es opcional.

Y mis caprichosamente elegidos, con sus justificaciones:


Donnie, por sus proyectos colectivos (Cuentos Pulgares, Apocadia) que hablan de un entusiasmo e inquietudes más allá de cualquier interés personal. De paso, descontractura esta inminente era de egos inflados y creación individualista/hedonista.


Fender Gebiet, porque a pura indignación y catarsis nos despabila de las neurosis diarias. Porque es una mano tendida a cualquier proyecto amigo, y por tantas cosas más...


Malas Ondas, por ser la cooperativa ortiva donde todos podemos solidarizarnos con el sufrimiento ajeno y manifestar el propio. ¿Quejosos? Sí, pero con humor. El que ríe el último... garca a los garcas.

Anfrix, por ser más que un sitio de interés o curiosidades y muchas veces tomar posición en temas delicados y polémicos.

Capitán Burton, por su impagable servicio a la comunidad de compradores de libros. No todos los días alguien te revela tips para ser mejor cliente... o te adivina el pensamiento...

Lady Kelvin, porque hacer que las que no deseamos una vida de revista "Caras" nos sintamos contenidas, es un apostolado cotidiano...

Marian, porque su pasión por la música trasciende la creación misma, llegando a todos sin distinción con humildad y entusiasmo.

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Es más difícil ponerse a reflexionar sobre qué es para cada quién "ser Solidario". Si bien Sibila se tomó la molestia de rastrear la etimología de la palabra y su significado profundo, creo que en cada una de las justificaciones dejé más en claro lo que sería para mí un blog solidario.

Considero solidaria a cualquier persona o colectivo de personas, bloggers o no, que desde su espacio individual de creación, expresión o trabajo diario sean capaces de llegar a otros, interiorizarse auténticamente en los problemas de la realidad que le toca vivir, asumiendo que no son exclusivos y pugnando por modificarlos desde su posición en el mundo, sea pequeña o grande. En definitiva, cualquier persona que sea capaz de entender en profundidad que no vive sola en este mundo, y que las acciones que elegimos tomar o dejar de tomar repercuten en todos.


He dicho.

(Y ahora, el momento MiráVos de la jornada: La primer palabra que leí en público, a los cinco años, fue ésa: "SOLIDARIDAD" escrita en mayúsculas y en diagonal sobre el logo de ATC, allá por el año 1985. Hasta ese momento, mi familia no sabía que había aprendido a leer... y todo gracias a ese maravilloso juego de letras de molde que me trajeron para Reyes).

martes, septiembre 04, 2007

Invierno

... Se va, y yo sin dedicarle su canción...






WINTER
(Tori Amos)

Snow can wait
I forgot my mittens
Wipe my nose
Get my new boots on
I get a little warm in my heart
When I think of winter
I put my hand in my father's glove
I run off
Where the drifts get deeper
Sleeping beauty trips me with a frown
I hear a voice
"Your must learn to stand up for yourself
Cause I can't always be around"

He says
When you gonna make up your mind
When you gonna love you as much as I do
When you gonna make up your mind
Cause things are gonna change so fast
All the white horses are still in bed
I tell you that I'll always want you near
You say that things change
my dear

Boys get discovered as winter melts
Flowers competing for the sun
Years go by
and I'm here still waiting
Withering where some snowman was
Mirror mirror
where's the crystal palace
But I only can see the myself
Skating around the truth who I am
But I know dad
the ice is getting thin

When you gonna make up your mind
When you gonna love you as much as I do
When you gonna make up your mind
Cause things are gonna change so fast
All the white horses are still in bed
I tell you that I'll always want you near
You say that things change
my dear

Hair is grey
And the fires are burning
So many dreams
On the shelf
You say I wanted you to be proud of me
I always wanted that myself

He says
When you gonna make up your mind
When you gonna love you as much as I do
When you gonna make up your mind
Cause things are gonna change so fast
All the white horses have gone ahead
I tell you that I'll always want you near
You say that things change
My dear


(Y también me gusta la pieza "Invierno", de las Cuatro Estaciones de Vivaldi, pero me pareció un poquito demasiado. Qué quieren... extraño el frío...)

jueves, agosto 30, 2007

Sol y Mineral

Tengo este olor pegado a la nariz. Apenas sé cómo describirlo. Podría intentarlo si evocara la textura de la arena fina, casi limosa, escurriéndose entre los dedos como azúcar impalpable. Es un aroma frío y metálico, atemperado con unas notas de sol. El olor del barro, pero límpido. La brisa ligera, toques de viento con aroma a monte y a bosquecillo de pinos. Tengo este olor y estas texturas y no puedo sacármelos de la cabeza. Bendito el impulso que me lleva a manejar una vez más esos kilómetros que parecían tantos cuando era más chica.

Otra vez el camino de arenisca que ni el voluntarismo municipal se decide a pavimentar. Otra vez la entrada bifurcada. Y el rumor de los neumáticos en el pedregullo, la frenada amortiguada, mis pies ansiosos rumbo a la orilla.




De repente, tengo nueve, o tal vez diez años. Son las siete de la mañana y ya siento en los pulmones que va a ser un día húmedo y caluroso. Acarreamos las sillas, las lonas, la picada del almuerzo, un bidón de cinco litros con jugo y cubitos. Tardamos casi dos horas entre preparativos, llegada y bajada a la playa. No hay nadie.
En la playa no hay nadie. Tal vez los dueños del parador, una pareja de ancianos más madrugadores bajo una sombrilla de junco.

No hay nadie. El silencio es perfecto. Lejos, casi sobre la línea del horizonte, pasa una chata arenera. Alguna canoa bordea rumbo a Puerto Boca y deja una estela de ondas muy suaves que vienen a morir en la orilla. Sube desde el Este un sol mortecino, atenuado por la bruma húmeda del verano.

No hay nadie. Soltamos las hebillas de las sandalias de vinilo. Caminamos chapoteando una danza improvisada para aclimatar los pies y espantar a las rayas. Con la venia de los mayores, nos tomamos de las manos y avanzamos río adentro. El agua tiene una tonalidad marrón que se vuelve ambarina cuando el sol finalmente la alcanza. El efecto es mágico. Tomo un poco de agua en la copa de una mano y la huelo con los ojos cerrados.

Sol.

Mineral.

Agua, limo, verde, azul, metal, peces, vida, frío, calidez, templanza, latidos, pájaros, remo, madera.

Mi cabeza hila todo esto en apenas un paso, abstraída de los chillidos y chapoteos de mis hermanos, que empiezan a alejarse más. A treinta metros de la costa, el agua apenas nos rebasa las rodillas. Papá vigila, brazos cruzados al borde del agua. Mamá se pasa bronceador. Abro los ojos, miro la línea del horizonte, de derecha a izquierda. La chata, una canoa que pasa. La línea de la costa uruguaya, mucho más lejos. Los árboles, notables a simple vista pese a la distancia.
El puente, mucho más lejos. Y otra vez, los árboles.

El agua ya me llega a la cintura. Estiro los brazos por encima de mi cabeza para zambullirme.


Ahora es ahora. Es invierno. Aún así, hay gente en la playa porque es un día de sol: dos familias con niños que juegan en la arena, una ronda de mujeres hablando, un matrimonio que camina tomando mate.
No me atrevo a mirar la línea del horizonte porque tengo los ojos húmedos ("Es el viento", sonrío por fuera) y el corazón todavía me da saltos. En mi cabeza, no hay nadie. No hay ruidos. La arena es la misma: fina, con la textura del azúcar al deslizarse entre los dedos. Reconozco el olor aún antes de ahuecar la mano para llenarla de agua, lo retengo sin soltar la respiración hasta quedarme sin aire. Apreto el puño, me froto las manos, quiero llevarme este olor prendido a la piel, además de al recuerdo.

Una sola vez miro la otra orilla, cambiada para siempre.

Cuando finalmente dejamos la playa, me resisto a pensar que esto haya sido un adiós. Aunque lo sea.
Cae la tarde. Hasta los pinos callan.

(Ñandubaysal, Gualeguaychú - Julio de 2007)

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Desde ayer, Botnia es un hecho. Y como no puedo explicar lo triste, furiosa y frustrada que eso me pone, elijo sentir que tengo la suerte de haber vivido una infancia de río Uruguay.

martes, agosto 28, 2007

Yo EXIJO...


... el derecho de caminar por la calle comiendo un pico dulce sin que ciertos "hombres" se sientan en la obligación de gritarme cualquier barbaridad.

... el privilegio de ser ignorada hasta que decida lo contrario.

... la capacidad de autocrítica a todos por igual.

... que los que les dan de comer a los chanchos se hagan cargo.

... el final de la hipocresía y de la ignorancia deliberada ("elijo no saber", "elijo no ver" no cuentan como excusa; a la hora de las lágrimas, al que le toca, le toca)

... más llanto, más risas, más emociones genuinas.

... el fin de la pendejocracia.

... el derecho a protestar cuando tengo la razón.

... que los libros vuelvan a ser para todos.


And so on...


(matizando con un poco de mala onda en el preludio a un día que preveo pesadito...)

lunes, agosto 27, 2007

El lado brillante de la vida

Mamá guarda la ropa de invierno. La tarde de ese sábado se perfila tranquila contra la puerta-ventana a la terraza.

Pau desparrama fotos sobre el cubrecama. Siempre está por ahí, cerca de mamá, dando vueltas. Como antes del secundario, cuando éramos todos apenas una pandilla de cachorros estirándose por turnos en la cama grande, los fines de semana. O, más chicos aún, las noches de tormenta en la que invadíamos de a uno en fondo el reducto de papá y mamá en busca de un consuelo innecesario a miedos cada vez más reticentes.

-Mirá - dice mamá, dejando caer un paquete más viejo que los otros. Viejas Polaroid cuadradas, chiquitas, donde apenas se la puede reconocer detrás del flequillo espeso y el rostro demasiado serio.

Pau reconoce a la Tiatá en una de ellas, más joven y con el pelo largo, una tarde de sol. Mamá la evoca tal como era entonces, con esa forma que tiene de contar las historias que hizo que quisiera ser cuentista alguna vez. Entonces, mi hermana conoce un poco más de aquella mujer, su madrina, que (con la enfermedad todavía lejos) adoraba viajar a Mar del Plata.

Las preguntas se suceden. Mamá hace memoria, ¿fue en el '83, en el '85, que se perdieron las esperanzas sobre su visión menguante? Ella cree que en el '81. El mismo año en que Pau nació. Los ojos de mi hermana se llenan de lágrimas.

Pobre Tiatá, que ya no va a ver más. ¿Cuál habrá sido la última imagen que tuvo de nosotros? ¿Cómo puede ser que se la vea tan tranquila, cuando el dolor sigue abriéndose paso y las esperanzas caen como fichas de dominó alineadas año a año? Mamá ya abandonó el trabajo y ahora moquean juntas, mirando las fotos sobre el cubrecama, hilando un recuerdo tras otro, nostalgia sobre nostalgia.

Y sin saber cómo, ni por qué, alguna hace un chiste sobre aquella vez que la Tiatá echó las papas demasiado húmedas en el aceite hirviendo y cómo las llamas llegaron hasta el techo de la cocina. O aquella vez que por salvarla de un perro, su marido la hizo tropezar con el cordón de la vereda y fue tema de conversación en las reuniones familiares durante semanas.

- Y cómo habla, la muy guacha...
- ¡Y cómo le saca el cuero a las de la parroquia! ¡Siempre tiene algún cuento nuevo!

Las carcajadas se escuchan por toda la casa. Intrigada, interrumpo la lectura y salgo de mi cuarto para entrar al de mamá. Las encuentro abrazadas, tumbadas en la cama, todavía con lágrimas en la cara y sin poder parar de reírse.


(palabras más, palabras menos, la historia es real. Y siempre que algo me parece demasiado triste para soportarlo, recuerdo que todos los días grises tienen un reverso. Además, está visto: llevo en la sangre el antídoto para mi propia melancolía... Ojalá pueda seguir encontrándolo siempre)


miércoles, agosto 22, 2007

Malos tiempos para la gramática...

Estoy
tan
absolutamente
harta
de la gente que escribe
"desvelar" por "develar"
"rebelar" por "revelar" (y viceversa)
y burradas por el estilo...
Tanto como de la gente que escribe a puro corrector del Word y entonces encontramos "haber" donde debería leerse "a ver" (y dejémoslo en claro de una puñetera vez: el "a ver si..." es una expresión del coloquial. Punto), u otras afrentas para el ojo.
Si hay algo que supera mi hipersensibilidad auditiva es mi hipersensibilidad a la burrada sistemática. No la tolero. Desde que tengo memoria lectora, me perturban sobremanera los horrores ortográficos. Y se viven tiempos de atentado a la lengua como nunca antes...

miércoles, agosto 15, 2007

Esquizoide yo? (y yo? y yo?)

Cortito y al pie.

La Mandarina Records crepó sin aviso para nadie, y en reacción inmediata y protestona, me subí a otro colectivo similar.
Al que le interese la música como la gente (como qué gente? pues... pasen y vean), puede visitar el Blog Esquizofónico. Hay buena música, buena onda y demás.

"El que no vive para servir, no sirve para vivir"

lunes, agosto 13, 2007

Odio al pasar

De momento no voy a hacer ninguna lista de las cosas que no me gustan...



pero hay veces que el sólo hecho de ser yo, hace que sienta la imperiosa necesidad de golpearme la cabeza contra una pared.


Rápido. Fuerte. Muchas veces.


jueves, agosto 09, 2007

Oído al pasar (II)


"Porque MI NOVIO, el doctor Fulano, va a venir a retirarlo y yo no voy a estar... voy a estar en reunión, viste."
... segundos después...

"MI NOVIO va a firmar con vos, por eso te dejo todo. Como yo no voy a estar, viste, y no es cuestión de estar yendo y viniendo..."

...segundos después...

"Entonces yo ahora... permitime un segundito que voy a llamar al doctor Fulano para avisarle... ¡Hola, mi amor! ya le avisé a la recepcionista que tenga todo a tu nombre, que va a venir MI NOVIO el doctor Fulano a buscarlo"

etcétera... etcétera...

(Repita la retahíla de abogada treintañera wannabe con mucho MaryKay encima unas cinco o diez veces, hasta saturar el oído. Compadezca a la chica de la recepción. Alégrese de que faltan apenas unos minutos para ganar la calle y huir).

miércoles, agosto 01, 2007

Para los días grises...

Nada mejor que un poco de esta música para caminar bajo el cielo plomizo...



(This Mortal Coil - Acid, Bitter and Sad)

Y una pequeña yapa para descargar. Califica para mi lista de Temas para días de lluvia, que eventualmente daré a conocer en otro post. Pero como avance y en honor al día TMCesco que tengo, va bien

Sería largo de explicar el camino que lleva a This Mortal Coil, pero en días como hoy, y como tantos otros, agradezco que exista esta música.

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Desde el cielo caen. Sólo yo las veo.
Partículas pequeñas de nubes vagabundas.
El olor del agua, el fresco inminente, y

una nube de vapor alrededor del rostro.

Las visiones del mundo que trascienden el mundo.

Y más: un alma errante que casi nadie nota

suspendida del aire por los hilos del tiempo.

Es la lluvia que viene.


(Clásico post ladri en el que no firma nadie. Milo, te cagué :-) )

jueves, julio 19, 2007

Delicias de la intertextualidad

Hace un tiempo atrás, el mundo periodístico, blogueril (y/o meramente el conventillero) se metió a pleno en el debate del escritor Di Nucci y su plagio no mentado al libro "Nada", de Carmen Laforet. Como ya pasó mucha agua bajo el puente y la discusión me hartó, además de asquearme, no voy a dar referencias más precisas; googleen si esto les interesa.

Pero lo que encontré hoy navegando por El País, no tiene precio. Básicamente, un inglés con ánimo contestatario, hizo la gran Charles Chaplin* y mandó a 18 (dieciocho) editoriales el manuscrito de "Orgullo y Prejuicio" de Jane Austen, íntegro y sin cambiar una coma.

¿Cuál fue la respuesta de las editoriales?


Definitivamente, el mundo es un lugar pequeño y generoso.


*Alguna vez leí en una revista Selecciones viejita, que tanto me gusta coleccionar gracias a la Mama (personaje del que alguna vez hablaré), que el genial Charles Chaplin asistió una vez a un concurso de imitadores ... de Charles Chaplin. Quedó tercero.

jueves, julio 12, 2007

Tanta belleza en el mundo



"It was one of those days when it's a minute away from snowing and there's this electricity in the air, you can almost hear it. And this bag was, like, dancing with me. Like a little kid begging me to play with it. For fifteen minutes. And that's the day I knew there was this entire life behind things, and... this incredibly benevolent force, that wanted me to know there was no reason to be afraid, ever. Video's a poor excuse, I know. But it helps me remember... and I need to remember... Sometimes there's so much beauty in the world I feel like I can't take it, like my heart's going to cave in"

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"Era uno de esos días cuando está a punto de nevar y hay electricidad en el aire; casi puedes oírla. Y esta bolsa estaba... como bailando conmigo. Como un niñito pidiéndome que jugase con él. Por quince minutos. Y ese es el día en que supe que había toda esta vida detrás de las cosas y... esta fuerza increíblemente benevolente, que quería hacerme saber que no hay razón para temer, jamás. El video es una excusa pobre, lo sé. Pero me ayuda a recordar... y necesito recordar... A veces hay tanta belleza en el mundo que siento que no puedo soportarla, como si mi corazón fuera a perderse en ella"

Ricky Fitts (Wes Bentley), "American Beauty" - Sam Mendes, 1999

(Pobre traducción. Igual, hoy necesitaba postear esto. La imagen es de CazaTornados).

viernes, julio 06, 2007

Demasiado

Apenas una palabrita que me recuerda por qué siempre me sentí incómoda con los rótulos...

De acuerdo con quién me conoce (o cree conocerme), vendría a ser algo-así-como

... demasiado grandota (sí, para la ropa que se fabrica hoy... claro)
... demasiado torpe
... demasiado madura
... demasiado inmadura
... demasiado inteligente
... demasiado buena (por no decir buenuda)
... demasiado despelotada
... demasiado esquemática
... demasiado esquizoide (no conocieron a algunos amigos míos...)
... demasiado naturalista
... demasiado liberal
... demasiado anticuada
... demasiado lectora
... demasiado vitalista
... demasiado estilística
... demasiado decontracté
... demasiado apasionada (?????)
... demasiado fría (????????????)
... demasiado egoísta
... demasiado ácida
... demasiado indulgente


No soy "demasiado", nadie lo es.
Prefiero ser "suficiente". O autosuficiente.

Sí, creo que eso estaría muy bien. Al menos por un tiempo, y hasta que mi neurosis vuelva a reclamarme.

jueves, junio 28, 2007

Meme Literario


Desafiada por don Fender, me apresto rauda a cumplir con la consigna del meme literario (aquí, la primera piedra, por Folavril).

Y transcribo a continuación el párrafo 2 de la página 139 del libro que estoy leyendo. Uno de los, porque voy realmente a paso de tortuga entre tanta lectura atrasada...

"Pero las metrópolis pueden adquirir el tamaño de un pañuelo cuando se carece de trabajo y de amparo. De modo que Irma fue rodando por la vida, entregándose para pagar deudas y al fin recibiéndose de "cocotte". De prostituta fina: "Me criaron para ser una señora, profesión que cuando no se consigue un puesto, queda sólo el otro, ser ladrona del bienestar de las que lo encontraron". Una más de las miles de mujeres que se hacinaban en los burdeles porteños y rosarinos. La mala vida no era un tema desconocido, y tanto las ansias de profilaxis de los socialistas como las denuncias de la prensa lo habían transformado en una cuestión álgida. Ocho días antes, en 1926, se había dado a conocer Versos de una... , una serie de poemas escritos por una supuesta muchacha ucraniana prostituida en Rosario llamada Clara Beter, nombre de guerra falso que disimulaba el del periodista César Tiempo, a la vez seudónimo de Israel Zeitlin. El libro trajo aparejado un breve escándalo. Y al año siguiente, en 1927, Albert Londres había publicado El camino de Buenos Aires, obra de revelación de la trata de blancas que había prosperado en Argentina. La prensa anarquista venía denunciando esa lacra desde mucho antes."

Barón Biza, el inmoralista. De Christian Ferrer, editorial Sudamericana
(gracias a la gente de El Interpretador por la imagen...)


Están nominados...

- Milo (again)
- Donnie
- Zorra

Porque se me cantó, y ríase la gente!
PD importante: No me avivé que podían ser más de tres personas y veo que por ahí andan pululando invitaciones editadas. Así que a pedido del público participante y de olvidos imperdonables, agrego nominaciones:
- Aan' allein
- Nene Tonto (again)
- Thiago (again)
Y si me olvido de alguien, considérense invitados! qué caramba, que no hay reglas para esto por ningún lado, parece :-P

sábado, junio 23, 2007

Remanso

Estas son algunas razones para empezar bien el fin de semana...

- Despertarse sin reloj, espiando los primeros rayos de sol a través de la ventana, y adivinar que será un día de cielo azul
- Escuchar voces queridas
- Hacer la limpieza sin apuro, mates de por medio
- Poner música suave que acompañe el discurrir del tiempo
- Cocinar igualmente tranquila, algo casero que me guste mucho
- Caminata larga de sobremesa
- Hermana + May y Fini de visita por la tarde
- Una ducha larga, apacible, con luz plena de media mañana y escuchando esto:



Feliz sábado, feliz invierno, felices momentos por venir...

martes, junio 19, 2007

Oniria


Este post es apenas una excusa para dejar caer esta canción, o más bien este video que es uno de mis preferidos y que transmite bastante bien mi propio sentimiento de alienación respecto de ciertos espacios.



Pocas veces siento el espacio (o la reducción del mismo) como una extensión de mí, o un sitio abierto donde derivar, cual ballenato en el océano. Salvo contadas excepciones, me siento encerrada; si nos ponemos a pensarlo, vivimos en una pecera de lo más grandecita: el planeta Tierra.

Jodido sufrir de claustrofobia con este nivel de autoconciencia, ¿verdad?

No obstante lo cual, me sigue gustando elegir mis propios encierros, físicos y mentales. Elegirlos rotundamente, etiquetarlos como míos por más que otros los compartan, darles un nombre e imaginarlos amplios, continuos, adaptables a mí. Ambientarlos con música, tomar una tiza mojada y pastelar el cielo de colores violentos, colgar estrellas más brillantes para que las luces excesivas no las opaquen.

Esta es la única opción en la que nadie puede avasallarme...

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Notas al post anterior: Ahora tengo dos "detestables" menos... aprovecho mejor la cocina y el baño no está más desperfectado. Iupi.
Así que solamente me queda ponerme a lavar ropa y comprarme un hornito. Lo demás es fatalidad pura.

jueves, junio 14, 2007

Acovacho

Despierta desde temprano, con esa sensación de haber sido tocada en el hombro por la mano que esperaba (y después de un par de amagues de madrugada... "Dónde están esos ojos?"), con el primer resplandor filtrándose entre las tablas de la persiana, cubierta hasta la nariz por el cubrecama, repaso el rito matutino que tan bien me hace.

Girar a la derecha, para ver el poster de Howl. Restregar las piernas una contra la otra. Estirarme como un morrongo satisfecho. Apoyar los dos pies juntos en el piso, una vez que decido levantarme. Caminar hasta la cocina, poner la pava en el fuego, sintonizar una radio a la que le daré menos importancia cada minuto que pase, hacer un simulacro de orden para que no me dé culpa regresar tarde a casa y seguir teniendo este acovachaje lamentable, que sin embargo me gusta. Porque, como dijo Naty, "será un quilombo, pero es MI quilombo".

Por supuesto, también la lista mental de todo lo que me rodea, que me encanta...

- Los libros (en la biblioteca, sobre la cómoda, sobre la mesa, en la silla junto a mi cama, etcétera)
- Mis cuadernos / anotadores y biromes por todos lados
- Las fotos de May, Fini y mis hermanos
- La luz natural que entra por el tragaluz del baño
- La guitarra y las cajas de CD's junto a la computadora
- El modular de caña, con mis videos, Ranmas y Sakurillas.
- Revistas y suplementos anárquicamente apoyados aquí y allá
- Las cajas llenas de afiches, apuntes, dibujos...
- El piso limpio
- El juego de mesa y sillas que me trajo mi hermano para que le cuidara (suspiro)
- La compu
- El nuevo desodorante de ambientes con olor a frutitas

Y las que detesto:

- Toda esa maldita ropa que se amontona para lavar, tirada por todos lados.
- La tapa del inodoro que nunca, jamás estará arreglada (igual que el botón de la descarga)
- Las canillas que no cierran bien, dos por tres.
- La cocina enorme y desaprovechada
- Que se me haya roto el hornito después de siete años de leales servicios... (fuck!)
- Las pocas ganas de salir de la cueva...



(Y este video no tiene nada que ver con nada, pero sonaba en mi equipito cuando salí de casa y fue el primer track que saltó ahora en la oficina, así que va acá... en honor a la causalidad... y porque es hermoso).

lunes, junio 11, 2007

Lo que nunca quisieron saber de Cass...

Casualidad no existe, dicen. Pero que en un mismo día esta servidora haya pasado de ser sistemáticamente ignorada por los "memes" a invitada por dos bloggers a participar de uno... mmmmhhh! da para pensarlo.

La cuestión es así: Gerund y Aan'allein (ellos dicen que sin ponerse de acuerdo) me han desafiado a postear ocho cosas sobre mí. Posteriormente, deberé elegir a otros ocho bloggers para que respondan el meme. Ge, que no tiene un pelo de tonta, abrió el juego para que el posteador (en este caso, yo) no esté obligado necesariamente a contar verdades sobre sí mismo. Pero no puedo con mi genio, así que ahí les van mis confesiones de casi-invierno.


1. Soy grafópata. Colecciono anotadores y cuadernos en blanco, y guardo absolutamente cualquier papel que haya pasado por mis manos (y terminado escrito). Curiosamente, la grafopatía rara vez me ataca cuando estoy frente a la computadora; esto explicaría en parte el vacío literario de mis últimos años. El reducto de mi escritura sigue siendo mayoritariamente manuscrito.

2. Hay un defecto que no logro combatir y es la inconstancia práctica. Nunca termino lo que empiezo, sea una historia, proyecto, pagar las cuentas, etc. Tengo carpetas con dibujos de mi infancia que están todos inconclusos.

3. Tengo épocas de compradora compulsiva. Mientras me duran, me tienen que maniatar para que no me gaste toda la plata en libros o CD's. Siguiendo el razonamiento, siempre acovacho más de lo que llego a aprovechar: más música de la que puedo escuchar, más libros de los que puedo leer, etc. Lo bueno es que en época de vacas flacas, me doy auténticas panzadas.

4. Ya que estamos en tema "panzada", tengo un serio problema con los apetitos. Sí, con todos. Para lo que me gusta, no tengo medida. Puedo bailar hasta caer rendida, comer y beber sin límite, leer hasta que se me parte la cabeza... y etcétera, etcétera, etcétera.

5. Siempre que sueño vívidamente con una persona conocida (y querida) que se encuentra en una encrucijada o tiene un problema, el sueño se realiza.

6. Colecciono compulsivamente cosas a las que no voy a darles utilidad alguna. Postales, afiches de cine, merchandising y muestras gratis, fotos de mujeres hermosas.

7. Suelo tener ataques de pánico y pensamientos suicidas. (E invariablemente algo de esto se cuela en exámenes sicotécnicos, lo que me excluyó automáticamente de un par de buenos empleos).

8. Tengo una fuerte empatía y una gran capacidad de manipulación. A la primera la uso siempre. A la segunda, nunca.

Ahora, polluelos, las reglas...

1) Cada jugador cuenta 8 cosas de sí mismo.
2) Además de las 8 cosas tiene que escribir en su blog las reglas.
3) Por último tiene que seleccionar a otras 8 personas y escribir sus nombres/blog.
4) Por supuesto, no hay que olvidar dejarles un comentario.

Y los elegidos de la casa... a piaccere; si no se les canta, no contesten.

1. Milo
2. Donnie
3. Nene Tonto
4. Lady Kelvin
5. Thiago
6. Naty
7. Joao
8. BNW

Enjoy yourselves.

sábado, junio 09, 2007

Deseo

Un suspiro.

Una respiración. Una palabra.
Un sueño, la piel lejana. Una sonrisa.
El pelo suelto, cayendo sobre la almohada.
La risa, la lengua entre los dientes. Una ucronía.

La ciudadela, el caminar descalzos sobre arena,
sobre césped húmedo. La muralla
que nos separa del mundo. La utopía
de creer que podemos vivir sin lo que queda

y entender que, pese a todo, estamos separados
por una distancia que mensura el cuentakilómetros
y no la certeza de tu voz en esta casa

que la angustia nos vuelve avaros, y no hay deseo
que se compare a la certidumbre de la prisa
de tenerte
pronto,
(YA)
entre mis brazos


martes, junio 05, 2007

Casi como yo, o no como yo

Desde anoche no puedo parar de escuchar esta canción. Me van a disculpar pero este es el mejor video que encontré y está levemente descompaginado... Pero con cerrar los ojos y simplemente oír...




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UNLIKE ME - Kate Havnevik

There are no guarantees in life
Not for the present,
Nor for the future.
All I know is
That I'm here;
Don't know for how long.
I love the way
You live so intensely
Enjoy every minute of life
With space to swing
Your arms around
Laughing loudly

Unlike me
Unlike me
Do you think I'm strange?
Unlike you
Unlike you
I am not pretending

There is no time,
There is no time,
There is no time,
Time doesn't really exist.

The past, the present,
And the future,
Are all side by side,
Hand in hand.
You move and change,
Yet you go nowhere:
Everything stays the same.
You stare at me,
And ask me questions,
Makes me nervous,
This room it keeps a constant tone
While I'm on a roller coaster

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Mis deseos para esta semana, mes, temporada:

- Encontrar más tiempo para escribir (Sí: MÁS)
- Que no me cuesten tanto las obligaciones diarias
- Constancia para lo que me debo
- Poder dormir sin culpas (¡pero tampoco quedarme dormida cuatro días de siete!)
- Caminar más de noche
- Terminar de pasar "el" cuaderno, antes de julio...
- Seguir siendo lo más feliz que puedo
- Reunirme más con la gente que quiero