No hace falta que reconozca que soy ñoña. Basta una miradita a alguno de los posts que hay por acá para darse cuenta. O hurgar en mis gustos musicales. O verme babear por las criaturas de mi familia / allegados. Tengo actitudes ñoñas, pensamientos ñoños, escritura ñoña y toda clase de ñoñeces y tilinguerías adornando mi vida a diario. Incluídos este par de ojos llenos de arruguitas de tanto sonreír frunciendo la nariz.
Pero no fue hasta hace poquito que, además, descubrí que soy cursi.
Increíblemente, melosamente y asquerosamente cursi cuando siento que estoy sola, o casi a solas.
Y hace mucho menos que poquito, aprendí (como aprendí con todas mis taras y taretas) a aceptarme tal cual soy.
Ñoña Y Cursi.
Una más de mis contradicciones, porque nadie lo adivinaría viéndome caminar casualmente por la calle, o de pasada en una situación social cualquiera.
Me encanta ser contradictoria.
Me encanta este corazón-barril de pólvora envuelto entre algodones y tibieza y letras y música.
Me encantan las marcas que llevo de todas las bestialidades cometidas y soportadas en el nombre del Amor.
Adoro contar los días que faltan para que un sueño, pequeño o grande, se concrete.
Me regodeo de placer en el sonido de las campanillas de viento colgadas en la cocina y en el rumor de su respiración al dormir, y en mirar esos videos una y otra vez.
Me salta el corazón de ñoña felicidad cuando del otro lado del teléfono contestan las voces de May o Finis.
Y me encanta, cuando puedo, gritar bien fuerte para limpiar todo lo que obstruye el camino de mi energía hacia el mundo.
Buen fin de semana. Buen último fin de semana de vacaciones para mí. Para nosotros.
Y buena vida para todos.
Pero no fue hasta hace poquito que, además, descubrí que soy cursi.
Increíblemente, melosamente y asquerosamente cursi cuando siento que estoy sola, o casi a solas.
Y hace mucho menos que poquito, aprendí (como aprendí con todas mis taras y taretas) a aceptarme tal cual soy.
Ñoña Y Cursi.
Una más de mis contradicciones, porque nadie lo adivinaría viéndome caminar casualmente por la calle, o de pasada en una situación social cualquiera.
Me encanta ser contradictoria.
Me encanta este corazón-barril de pólvora envuelto entre algodones y tibieza y letras y música.
Me encantan las marcas que llevo de todas las bestialidades cometidas y soportadas en el nombre del Amor.
Adoro contar los días que faltan para que un sueño, pequeño o grande, se concrete.
Me regodeo de placer en el sonido de las campanillas de viento colgadas en la cocina y en el rumor de su respiración al dormir, y en mirar esos videos una y otra vez.
Me salta el corazón de ñoña felicidad cuando del otro lado del teléfono contestan las voces de May o Finis.
Y me encanta, cuando puedo, gritar bien fuerte para limpiar todo lo que obstruye el camino de mi energía hacia el mundo.
Buen fin de semana. Buen último fin de semana de vacaciones para mí. Para nosotros.
Y buena vida para todos.