El placer de estar en casa y saber que el amor no se acaba nunca... que no importa a dónde vaya, y pese a mis muchos defectos, siempre hay alguien muy querido que me recibe con amor y alegría, haciendo de la vida un jardín de rosas. Qué me importa extrañar, si las separaciones se borran en un parpadeo. Qué importa todo el tiempo transcurrido, si poco o mucho siempre es relativo y al final me quedo solamente con las cosas buenas. Gracias por las bendiciones. Gracias por alimentarme de buena energía. Gracias, gracias, gracias. Los llevo a todos en el corazón: amigos, familia, y enemigos (si los hubiera...). Me hacen fuerte. Me arrancan sonrisas. Y si a veces se sienten soñados, sepan que es porque mis alas los envuelven desde algún lugar.
Quizá en algún momento me volví corta de abrazos y palabras, corta en la expresión de mis sentimientos, pero de a poco voy volviendo; no dejaré de decir lo que siento y pienso sólo porque alguna nube negra me dejó fría y muda en algún momento de mi vida. Que la tristeza no se me haga carne es mi pelea diaria, y voy ganando. Que la emoción gobierne mis decisiones en armonía con mi cabeza es el desafío que nunca voy a saber si cumplí, hasta que todos y cada uno de mis sueños se cristalicen (o sea, me puedo ir muriendo tranquila recién a los cientoypico de años, o cuando se me acaben las ganas de soñar). Cada vez que te salude sabrás el lugar exacto que ocupás en mi vida. Y no te atrevas a pensar que exagero si sentís que en la expresión desbordo tus expectativas. Te lo digo desde mi propia experiencia: mucho tiempo sentí que no valía el amor de quienes me rodeaban, que era una máquina de decepcionar. No me dejé querer y ese fue el error, también dejar de quererme; tenía que ser yo "la que quería", nadie podía amar por encima mío y sobre todo, nadie debía amarme.
Así que callate, cerrá los ojos y simplemente abandonate a la Vida.
Dejate amar por todos, por alguien, por vos mismo.
Si supieras qué bueno está todo esto que viene...
2 comentarios:
Cass esperanzada, Cass feliz, Cass agradecida, Cass AMADA.
Qué tarde te respondo, Sabi... en este viaje extrañé mucho leerte. Besos!
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